En noviembre de 2001, con tan sólo 12 años, Daniel Radcliffe se convirtió en una estrella del cine a nivel mundial tras el estreno de Harry Potter and the Philosopher’s Stone, la primera entrega de la franquicia de Warner Bros. basada en los libros de J. K. Rowling.
Claro está, los siguientes siete films de la saga no hicieron más que acrecentar la popularidad y la cuenta bancaria del actor inglés, aunque el éxito también vino acompañado de vicios.
En una entrevista con la BBC Radio británica, Radcliffe fue contundente a la hora sobre hablar de las consecuencias de encarnar al joven mago en la gran pantalla: “Mi alcoholismo se debe a Harry Potter.”
Por otro lado, el intérprete de 30 años recordó que cuando estaba grabando la entrega final de la franquicia comenzó a preocuparse por su futuro:
“Me preguntaba si seguiría siendo el mago de Hogwarts para siempre y eso me estresaba.”
“No me sentía cómodo conmigo mismo ni con la versión sobria de mí. Entonces bebí. Si salía y me emborrachaba, la gente me miraba con interés y curiosidad, porque no era solo una persona ligeramente brillante, todavía era el niño Harry Potter. Era Harry Potter pasándose con el alcohol en un bar”, relató.
A su vez, el artista nacido en Londres reconoció que sentía mucha presión por el qué dirán: “El problema es que al darme cuenta de que todo el mundo me estaba mirando porque estaba muy borracho, y lo hacían para burlarse, la única solución que se me ocurría era seguir bebiendo más para ver si se me olvidaba de que lo estaban haciendo.”
“Además, ves a todo el mundo por ahí abusando de las drogas y el alcohol porque supuestamente son sustancias divertidas, que cualquiera puede usar, y no parece una mala idea. No tenía a nadie cerca que me explicara las consecuencias que esto tenía”, dijo Daniel en referencia al ambiente hollywoodense.
Sin embargo, Radcliffe admitió que, con la ayuda y el apoyo de su familia y amigos, pudo salir adelante y dejar atrás su problema con la bebida.
“Ellos me dieron la perspectiva suficiente sobre mi vida y me ayudaron en momentos clave para superar mi adicción”, manifestó.
A pesar de todos los malos momentos que vivió a raíz del personaje que lo catapultó a la fama, Radcliffe aseguró que nunca renegó de Harry Potter: “Incluso cuando peor estaba, todavía amaba mucho mi trabajo y me encantaba ir al set. Nunca pensé: ‘desearía que no me hubiera pasado esto. Desearía no ser Harry Potter‘. Eso, simplemente, no pasó.”