Eddie Murphy es uno de los reyes indiscutidos de la comedia. Sin embargo, al margen de su talento, uno de los aspectos más comentados de su carrera está relacionado a lo racial, pues al ser un hombre afroamericano tuvo que enfrentar toda clase de sesgos y exigencias relacionadas con ese aspecto de su vida.
Recientemente, el comediante de 59 años apareció junto a Arsenio Hall en el show Jimmy Kimmel Live! para promocionar su nuevo film –Un Príncipe en Nueva York 2– y habló de la experiencia de filmar la original Coming to America (Un Príncipe en Nueva York), película de 1988 centrada en un príncipe africano que viaja a los Estados Unidos en busca de una esposa.
El actor reveló que en ese entonces se vio obligado a contratar a un actor blanco –Louie Anderson– para que la mencionada cinta no tuviera un elenco totalmente negro:
“Amo a Louie, pero creo que nos vimos obligados a incluirlo. Nos vimos obligados a poner a una persona blanca. Todo el elenco era negro y esto fue en los años ochenta, así que era como ‘Tenemos que tener una persona blanca, tiene que haber una persona blanca en el filme’. Yo estaba como, ‘¿Qué?’ Entonces, ¿Quién era el hombre blanco más divertido de la zona? Sabíamos que Louie era genial, así que así fue como él entró en la película”.
Más adelante, Hall continuó el relato: “Fue oficial. Tenía una lista. Me dieron una lista con tres blancos. Dijeron: ‘¿Con quién preferís trabajar?’. Dije: ‘Louie'”. Todo parece indicar que los creadores de esta pieza no creían que el público estadounidense fuera a aceptar una historia dominada por personajes no caucásicos. Hoy sabemos que dicho metraje fue todo un éxito en taquilla y se convirtió en un clásico.