Tom Hardy es uno de los actores más populares y exitosos de los últimos años. Desde su debut en Black Hawk Down allá por el 2001, el británico ha ido escalando en el mundo del cine y en la última década se ha ganado la posibilidad de encabezar largometrajes como The Dark Knight Rises, Mad Max: Fury Road, The Revenant, Dunkirk, Capone y la franquicia de Venom. Las credenciales de Hardy son comparables a las de muchos otros grandes actores del séptimo arte, pero según el propio intérprete hay uno de todos sus colegas que pertenece a una liga aparte. De hecho, el nacido en Londres llegó a describir a su compañero como un “dios”.
Una experiencia inolvidable
Hardy trabajó junto a varias personalidades de la gran pantalla, pero ninguna de sus experiencias se compara con la de haber compartido rodaje con Gary Oldman en el set de Tinker Tailor Soldier Spy, la cinta de Tomas Alfredson. Según recuerda Far Out Magazine, mientras hablaba sobre la película, Hardy dijo: “En Tinker Tailor Soldier Spy fue la primera vez que trabajé con Gary Oldman, y tuve que verlo porque tuvimos que volver a filmar… porque se me cayó la barba mientras estaba hablando. Así que tuvimos que regresar y volver a grabar toda la escena que tenía con él”.
Cuando se le preguntó acerca de los re-shoots, Hardy afirmó que no le molestaron para nada, ya que “pasé toda mi experiencia con Gary mirándolo fijamente y sin devolver ninguna línea, porque creo que básicamente es dios. Gary Oldman es uno de mis héroes, por completo. No hice nada más que cosechar de él”, cerró Hardy. Cabe recordar que la actuación de Oldman en Tinker Tailor Soldier Spy le valió su primera nominación al Oscar a Mejor actor, premio que terminó perdiendo a manos de Jean Dujardin por su interpretación en The Artist.