El empleado nocturno (The Night Clerk) es una película dirigida por Michael Cristofer que se encuentra disponible en el catálogo de Netflix. La cinta cuenta con las actuaciones de Tye Sheridan, Ana de Armas, John Leguizamo y Helen Hunt y narra la historia de un crimen en clave policial.
Su protagonista es Bart, un joven con Asperger que está a cargo de la seguridad de un hotel y con un comportamiento obsesivo espía a los huéspedes sirviéndose de las cámaras de seguridad. Sin embargo, la llegada de una atractiva mujer, de la cual se enamorará, lo llevará a ser testigo de un terrible crimen.
Su obsesión por observar la intimidad de las personas se relaciona con su impedimento para entablar vínculos pero como su comportamiento es legalmente reprochable y punible, se encuentra en problemas al ser testigo de un asesinato, ya que declarar implicaría asumir su delito. Con una hora y media de metraje, la película atraviesa inquietantes situaciones hasta llegar a un final que en muchos aspectos se muestra críptico, sobre todo por la acelerada presentación de los hechos.
Alerta de spoilers: a continuación se revelan datos del final de la película.
Bart se enamora de Andrea y confía en ella al mostrarle las grabaciones donde tiene la prueba de que su amante ha asesinado a su esposa. Andrea toma los archivos y se los lleva, con lo cual el protagonista se da cuenta de que ella era cómplice del asesino. Pero, cuando pensamos que el protagonista ya no tiene más salida y es el principal sospechoso, él mismo crea su escape.
Mientras la policía entra a buscarlo en su hogar y su madre clama por piedad, se escucha un disparo. Al entrar la policía entendemos que ese disparo no ha matado a nadie, sino que ha impactado en una de las pantallas donde se veían las grabaciones de las cámaras de seguridad. En su enojo con Andrea al descubrir el engaño, Bart habría disparado a la pantalla.
Para salvarse el pellejo, Bart le deja a la policía un sobre con la evidencia ya que si bien Andrea había tomado los archivos, el joven conservaba copias de seguridad de las grabaciones con la evidencia del crimen. Inmediatamente, Andrea y su amante son perseguidos por la policía. La escena final nos muestra a Bart en un centro comercial, rodeado de gente pero sin poder interactuar con nadie. Mientras las personas pasan a su lado de manera constante, el protagonista se dispone a saludar e intentar conversar a pesar de sus nervios ocasionados por su condición.
Este final plantea que Bart intentará cambiar su manera de vincularse, habiendo aprendido una lección luego de la extrema situación que vivió a causa de su comportamiento indebido. Lo cierto es que espiando a los huéspedes, el joven tenía un ápice de vínculo social, intentado comprender cómo se relacionaban las personas o aprendiendo de ellas inmiscuyéndose en su intimidad, pero el giro que da su vida lo hará tomar nuevos caminos.