La reciprocidad parece ser un asunto muy importante para los organizadores del prestigioso festival de cine francés, puesto que han optado por no permitir a partir de este año que participen por la Palme D’Or, el máximo galardón que entregan en cada edición, producciones que no busquen ser estrenadas en salas de cine.
Con esa astuta regla pretenden que las películas originales de Netflix, que solo están disponibles para ver en su plataforma, así como las que únicamente existen en Amazon Prime y demás servicios de demanda en formato digital, luego no puedan ser laureadas en su competencia.
La exigencia parece tener mucho sentido si tenemos en cuenta que el año pasado participaron en el Cannes Film Festival dos obras originales de Netflix: Okja y The Meyerowitz Stories. Con ello el organizador del certamen esperaba que la mencionada empresa de contenidos audiovisuales permitiera que sus largometrajes se proyectaran en teatros como la gran mayoría, pero esto no fue así.
“El personal de Netflix amó estar en la alfombra roja y hacer presencia con otras cintas, pero la intransigencia de su modelo de negocios es ahora lo opuesto a nosotros”.
Esas fueron las palabras de Thierry Frémaux, director del evento respecto del asunto. Tendríamos que esperar para saber si esta medida despierta algún interés por parte de Netflix y si generará que otros festivales del séptimo arte sigan su ejemplo.
En todo caso, es probable de cualquier forma Bright, el más reciente éxito cinematográfico de la plataforma no hubiese sido nominada en ninguna categoría, ya que muchos la califican como una de las peores películas del año pasado.