Duro de matar es una de las más recordadas películas de acción. El film estrenado en 1988 tuvo a Bruce Willis como protagonista y en él se destacó no solo por su actuación sino también por su destreza física. Recientemente, a partir del libro The Last Action Heroes: The Triumphs, Flops, And Feuds of Hollywood’s Kings Of Carnage escrito por Nick de Semlyen -que aborda historias desconocidas detrás de los héroes del cine de acción de Hollywood-, se conoció una curiosa anécdota del rodaje. Mientras se filmaba la primera entrega de la saga, el equipo y los compañeros de Willis pensaron que había muerto luego de una riesgosa escena.
Una desgracia con suerte
El actor tenía que tirarse sobre una bolsa de aire que estaba debajo de él en el momento en que se detonaban grandes bolsas de gasolina, desatando una bola de fuego detrás suyo. Sobre esta escena, el autor expresa en su obra: “Mientras esperaba, frotándose las manos y vistiendo solo un par de pantalones negros, una manguera contra incendios blanca estaba enrollada alrededor de su tronco desnudo, una ametralladora Heckler and Koch MP5 colgaba de una correa de su cuello y un gel viscoso [que evitaba que se prendiera fuego] se untaba sobre su piel expuesta”.
Sin embargo, cuando se detonaron las grandes bolsas plásticas de gasolina, la bola de fuego voló a Willis hasta el borde de la bolsa, algo que no estaba planeado. Sobre esto, el propio Willis recordó: “Cuando aterricé, todos vinieron corriendo y yo pensé que iban a decir: ‘¡Buen trabajo!’. Pero en realidad estaban viendo si yo estaba vivo porque casi le erro a la bolsa“. Lo cierto es que esta escena podría haber sido trágica para el actor, quien no solo salió airoso de la situación sino que logró ser el protagonista de una de las más grandes películas de acción.