Este octubre llegará a los cines El exorcista: Creyentes, la nueva continuación de la espeluznante saga. Lo cierto es que fue el film de William Friedkin, El exorcista (1973), el que comenzó esta tradición del cine de terror, volviéndose una de las cintas más aterradoras del género y una de las más celebradas a través de los años. Detrás de la historia de Regan, la niña que es poseída por un potente demonio, habría habido un hecho real que inspiró al director y al escritor William Peter Blatty, autor de la novela en la que se basa el film.
¿Un niño poseído?
Así lo relató Nat Segaloff -autor de The Exorcist Legacy: 50 Years of Fear– en diálogo con Vanity Fair: “Se supone que el poseído original fue un niño de Cottage City, Maryland. Su nombre nunca fue revelado a quienes cubrieron la historia, que fue un artículo del Washington Post. Los eventos sucedieron durante unos meses en 1949 y no se parecen a los de la película“.
Lo cierto es que tanto el film como la novela se tomaron licencias ficcionales para poder lograr un relato atractivo para el público y sumamente aterrador:
“Definitivamente no había vómitos proyectados, levitaciones o giros de cabeza, pero habría habido sillas que se movían, camas que se agitaban y palabras marcadas en el cuerpo del niño, posiblemente provocado por él. Algunas personas piensan que el niño estaba fingiendo para faltar a la escuela e imitando rezos en latín para reírse del cura. Hicieron un exorcismo exitoso, aparentemente, porque el niño creció y tuvo una prominente carrera en la NASA. Su nombre, Ronald Edwin Hunkeler, fue revelado después de su muerte en 2020”.
En cuanto a la decisión de no usar un protagonista masculino para la novela, Segaloff agregó: “Blatty era muy religioso. Fue criado por jesuitas y recibió educación católica, se tomaba muy en serio su creencia en Dios. Pero además era un narrador, así que usó la supuesta historia de posesión de 1949 aunque muy someramente”.
Y agregó: “Parte de esto fue no identificar a Hunkeler y preservar su anonimato. Una mujer poseída, y sobre todo una niña poseída, es especialmente aterrador. Hace que la historia sea mejor y Linda Blair hizo un trabajo fabuloso. Pero no, no estuvo poseída o maldita. Linda Blair era y es muy luminosa, extremadamente sana, una mujer centrada que llegó al casting con su madre”.