En años recientes se difundió la teoría de que lo que percibimos como realidad es fruto de una simulación. El abanderado de esa hipótesis fue el filósofo Nick Bostron, quien en 2003 publicó el artículo titulado “¿Estamos viviendo en una simulación?”. Allí planteaba tres opciones posibles respecto a ese asunto:
“Sostengo que al menos una de estas tres posibilidades es cierta”, explicaba Bostron en su artículo. “1: Es muy probable que la especie humana se extinga antes de alcanzar la etapa ‘posthumana’. 2: Es extremadamente improbable que cualquier civilización ‘posthumana’ ejecute un número de simulaciones de su propia historia evolutiva. 3: Es casi seguro que ya vivimos en una simulación digital”.
Pues bien, un nuevo estudio publicado por Scientific America propone que las ideas propuestas por Bostron, y llevadas al cine en cintas como Matrix no son tan descabelladas como algunos dicen y que, de hecho, existe una probabilidad del 50% de que efectivamente vivamos en un universo simulado por una civilización posthumana. Las cifras exactas son de un 50,222222 a favor de que nuestro mundo es real frente a un 49,777778 a favor de que estamos una simulación programada por una computadora.
Un detalle importante revelado en tal investigación es que aunque formásemos parte de una simulación, no habría forma de demostrarlo, ni de reconocerlo. Lo que ocurre es que ya que solo seríamos parte de un sistema muy sofisticado en el que la evolución humana ocurre una y otra vez, y permanecemos atrapados en una paradoja temporal infinita.
Pero tal y como se explica en ese artículo reciente, esta teoría no es tan novedosa como pensamos, pues en verdad se remonta a al mito de la cueva de Platón, ya que en el mismo se plantea que el humano solo es capaz de percibir las sombras de la realidad desde su prisión. Asimismo, la historia de sueño de la mariposa de Zhuang Zhou esboza algo similar.