Wes Craven empezó su filmografía con La última casa a la izquierda (1972), un thriller que anticipaba algunos de los yeites de sus slashers, pero que llamó la atención por su polémica trama. El film cuenta la historia de dos chicas que son violadas por un grupo y luego los padres de una de ellas deciden vengarse despiadadamente. La narración contiene altas dosis de violencia y en el momento de su estreno causó fuerte controversia.
Elogios para la remake y críticas para la original
Stephen King, un declarado fan del cine y específicamente del terror, habló sobre esta película y no tuvo la mejor de las opiniones, de hecho elogió a su remake que fue estrenada en 2009. En un artículo para Entertainment Weekly, el autor escribió: “Es fácilmente el remake más brillante de la década, y no solo porque la original de 1972 es un verdadero festival de porquerías. Esta película con una hermosa fotografía pero difícil de ver es el estándar con el que toda película de terror y suspenso debería ser juzgada”.
King dejó ver su disgusto -sobre todo ideológico- con el film de Craven: “Las actuaciones son superiores (Aaron Paul de Breaking Bad está especialmente bien), la historia tiene sentido y, lo más importante, la brújula de la moral apunta hacia el norte correcto. No queremos que estos enfermos vuelvan por seis o siete secuelas; son monstruos y los queremos muertos. Esta película está a la altura de El silencio de los inocentes“.
La inspiración detrás de La última casa a la izquierda (1972)
En 2009 Craven fue entrevistado por Den of Geek en torno a la nueva versión y habló de cómo se gestó su ópera prima: “Nos acercamos a Last House como a una historia que ya existía. La había visto en la película de Bergman y Bergman la vio en un cuento que había circulado en su país por cientos de años. Así que pensamos que es una gran historia que ha durado siglos, el núcleo de ella”, expresó haciendo referencia a The Virgin Spring, el film de 1960 dirigido por Ingmar Bergman que le sirvió de inspiración.