Godzilla es uno de los monstruos más populares de la historia del séptimo arte y ha sido retratado en la pantalla grande por diferentes directores desde su primera aparición en 1954. Por entonces, se lo interpretó como una metáfora de la destrucción nuclear que Japón padeció durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que se convirtió en un símbolo de la era atómica. Hasta la fecha se han hecho más de 30 películas sobre este personaje e incluso Quentin Tarantino fue uno de los cineastas que tuvo planes de hacer su propia versión de este colosal lagarto.
Aunque no se trata exactamente del tipo de largometrajes que él suele hacer, no podemos dejar de lado la fascinación de este director por la cultura asiática. De hecho, Kill Bill es un claro homenaje a las películas de samuráis y las artes marciales. Más aún, el nacido en Knoxville hizo referencia a un film de monstruos de Toho (misma productora que creó a Godzilla) al organizar la batalla final entre The Bride (Uma Thurman) y Elle Driver (Daryl Hannah).
Según reporta el portal Games Radar, Quentin explicó su visión de esta criatura y ratificó que él la retrataría como la salvadora de Japón: “Toda la idea del papel de Godzilla en Tokio, donde siempre está luchando contra estos otros monstruos, salvando a la humanidad una y otra vez, ¿no se convertiría Godzilla en Dios? Se llamaría ‘Vivir bajo la ley de Godzilla’. Así sería la sociedad cuando un gran lagarto verde gobierne su mundo”.
En ese sentido, Tarantino ofrecería una película con cierto relato heroico, algo que iría más allá de los efectos especiales y de las batallas épicas entre monstruos gigantescos que hasta ahora han primado en cada adaptación cinematográfica del poderoso reptil. Tristemente, todo parece indicar que él nunca concretará esa visión en un film sobre el mítico personaje.