En 2004, Harry Potter y el prisionero de Azkaban, la tercera película de la saga del joven mago, vio la luz. Esta se convirtió en una de las favoritas del público, ya que tiene grandes aventuras, cuenta con la incorporación del personaje de Sirius Black y revela nuevos datos del pasado de Harry.
El film -que llegará nuevamente a las salas el 30 de mayo por su 20° aniversario-, estuvo dirigido por Alfonso Cuarón, director mexicano cuya filmografía no parecía tener mucho en común con esta cinta fantástica. Tal es así que dudó en aceptar dirigir el film basado en la obra de J.K. Rowling.
En entrevista con Total Film, el director contó cómo tomó la decisión de embarcarse en ese proyecto y, curiosamente, Guillermo del Toro tuvo mucho que ver. “Estaba confundido porque no estaba en absoluto en mi radar”, expresó sobre la saga del mago.
“Hablo a menudo con Guillermo y un par de días después le dije: ‘Sabes, me ofrecieron esta película de Harry Potter, pero es muy raro que me lo ofrezcan’”, reveló.
Acto seguido, contó cual fue la respuesta que le dio el director de La forma del agua: “‘Espera, espera, espera, ¿dijiste que no habías leído Harry Potter?’ Le dije: ‘No creo que sea para mí’. En un léxico muy florido, en español, dijo: ‘Eres un imbécil arrogante’”.
“Me sentí como un idiota”, sumó el mexicano. “No lo había visto así. Fui a comprar los libros y los leí uno tras otro. Y luego me di cuenta de que era una historia increíble”. Así, terminó aceptando el trabajo y logrando una de las películas más queridas de la saga de Harry Potter.