El University College de Londres llevó a cabo un estudio que reveló que ver una película en el cine podría ser tan bueno para la salud de una persona como un ejercicio ligero.
Según reportó el Daily Mail, quienes llevaron adelante la investigación descubrieron que el ritmo cardíaco de las personas aumenta tanto como lo haría durante un cardio suave después de pasar unos 45 minutos con toda la atención puesta en la pantalla de cine.
Acorde al estudio, el cuerpo reacciona y es estimulado a medida que el cerebro se mete de lleno en la cinta, y ese largo período de concentración también tiene beneficios para la mente, tales como un aumento en la capacidad de concentración y en la memoria al enfocarse en una cosa durante tanto tiempo.
La investigación se realizó analizando a 51 personas que vieron el remake en live-action de Aladdin. Para la prueba, los especialistas utilizaron sensores para medir la frecuencia cardiaca y las reacciones de la piel de cada uno de los espectadores.
Al comparar los resultados de dicho test con 26 personas que estuvieron leyendo la misma cantidad de tiempo, los investigadores descubrieron que los primeros estuvieron 45 minutos en una “zona cardiaca sana,” entre el 40 y 80 por ciento de la frecuencia máxima.
Además, los expertos señalaron que los corazones de quienes vieron el film parecen haber estado sincronizados durante la proyección del mismo.
El Dr. Joseph Devlin, profesor de neurociencia del University College de la capital inglesa, explicó: “Las experiencias culturales como ir al cine brindan oportunidades para que nuestro cerebro dedique toda nuestra atención durante períodos prolongados de tiempo. En el cine específicamente, no hay nada más que hacer excepto sumergirse. Además de esto, nuestra capacidad para mantener el enfoque y la atención juega un papel fundamental en el desarrollo de nuestra capacidad de resilencia mental, porque la resolución de problemas generalmente requiere un esfuerzo concentrado para superar los obstáculos.”
“En otras palabras, nuestra capacidad para resolver problemas sin distracciones nos hace más capaces de resolver problemas y nos hace más productivos. En un mundo donde es cada vez más difícil alejarse de nuestros dispositivos, este nivel de enfoque sostenido es bueno para nosotros,” sostuvo.