En años recientes, la lucha por la igualdad de géneros ha cuestionado muchos de los roles binarios que hasta hace poco nos parecían indiscutibles, alentando la deconstrucción de lo que entendemos por masculino y femenino. En consecuencia, se han popularizado conceptos como el de la “masculinidad tóxica.” Así que no resulta extraño que algunos críticos analicen ciertas películas desde perspectivas que revisan los roles de sus personajes.
Alerta de spoiler: En esta nota se comentan aspectos clave de la trama de varios largometrajes.
En el caso de Joker y The Irishman, se trata de dos películas aclamadas por la audiencia y por la prensa especializada por su calidad a nivel cinematográfico. Sin embargo, algunos periodistas se animan analizar a las cintas a partir del perfil de sus protagonistas, que en ambos casos son hombres con problemas del manejo de la ira. Eric Kohn, editor ejecutivo de IndieWire, publicó por estos días un artículo donde destaca la abundancia de historias de masculinidad tóxica en películas populares de esta temporada como las antes nombradas.
Sobre el caso del film protagonizado por Joaquin Phoenix en el papel de un payaso trastornado que se convierte en asesino, él menciona:
“No hay redención para Arthur Fleck en ‘Joker’, quizá el primer mega éxito de taquilla en la historia del cine exclusivamente obsesionado con la masculinidad tóxica en cada inquietante escena. Los críticos están indecisos sobre si ‘Joker’ en verdad diagnostica el abuso o celebra su comportamiento corrupto como una llamada a las armas para los incel.”
The Irishman, por su parte, narra la historia de Frank Sheeran, un estafador y asesino. Al respecto de esa obra de Martin Scorsese, Eric señala:
“Sheeran pasa gran parte de la cinta operando bajo el supuesto de que sabe exactamente cómo debe comportarse un hombre, de una forma patriarcal y dominante que a final de cuentas aliena a su descendencia.”
Más adelante, puntualiza lo siguiente sobre el final de la historia: “Después de que Sheeran mata a Hoffa y los medios de comunicación se obsesionan con la desaparición de la figura sindical, Sheeran se sienta en su sala y escucha los informes en silencio. […] Para el final del film, él está más allá de la reparación, y el acto de cierre sombrío explora lo que significa vivir dentro de los límites del dolor irresoluble.”
Asimismo, Eric se refiere a Marriage Story, como otra película actual donde su protagonista masculino oculta sus emociones y vive negando que colocó sus aspiraciones laborales muy por encima de su relación conyugal. Podés leer su análisis completo desde aquí.