Previo al estreno de Titanic a finales de 1997, Kate Winslet ya había actuado en varias películas, pero fue la dirigida, escrita y producida por James Cameron la que catapultó a la actriz al estrellato a nivel mundial. Con más de dos mil millones de dólares de recaudación en taquilla, el film terminó haciéndose merecedor de once premios Oscar. A pesar de que el cineasta canadiense fue de gran ayuda para su carrera, la inglesa aseguró en una oportunidad que difícilmente trabajaría con él de nuevo.
Según Far Out Magazine, Winslet recordó su paso por el set de grabación de Titanic como una experiencia traumática y aseguró que el director nacido en Ontario fue una de las causas de eso. Sin embargo, fue la actriz quien le rogó que le diera el papel. En un diálogo con Rolling Stone, la oriunda de la ciudad de Reading rememoró: “Él estaba en la autopista y dijo: ‘Voy a algún lado’. Creo que se detuvo y dije: ‘Solo tengo que hacer esto, y estás realmente loco si no me eliges’”.
Una vez dentro del elenco, Winslet se dispuso a convencer a Leonardo DiCaprio de aceptar el papel de Jack Dawson, rol que le generaba dudas por su miedo a quedar encasillado como un actor puramente de cintas románticas (cabe recordar que venía de protagonizar Romeo + Juliet el año anterior). “Estaba pensando: ‘Voy a persuadirlo para que haga esto porque no lo haré sin él, y eso es todo'”, explicó Winslet. “Lo voy a conseguir’. Porque es increíblemente brillante. Es un maldito genio, y esa fue absolutamente la razón”.
Una vez en el rodaje, la actriz tuvo que soportar, en diversas oportunidades, ser llamada Kate Weighs-a-lot (Kate pesa mucho) por Cameron, lo que la marcó y la llevó a no querer volver a trabajar con él, sentimiento que se exacerbó debido al carácter del cineasta. “Tiene un temperamento que no creerías”, le dijo a The Guardian. “Tendrían que pagarme mucho dinero para volver a trabajar con Jim”.