Bob Dylan es uno de los músicos más influyentes de la música moderna. El poeta, compositor y cantante ha sido nombrado como héroe por cientos de músicos, incluso por The Beatles, quienes admitieron ser grandes fans del cantautor en diversas ocasiones. Que Dylan ha influenciado a miles de músicos no es una novedad, pero lo que parece un poco más difícil de notar es cómo ha influido en las creaciones de otras disciplinas artísticas. Aún más distanciado puede resultar intentar relacionar a Dylan con Stephen King, pero lo cierto es que la obra del primero ha tenido un gran impacto en la del segundo.
El maestro King se ha declarado fan de Dylan en varias oportunidades y recuerda la primera vez que oyó una canción de él como una epifanía: “Debo haber tenido 14 años la primera vez que escuché a Bob Dylan. Estaba sentado en el asiento de atrás de un auto, volviendo a casa del cine. Esto es en el Maine rural, en el momento en que la radio AM era algo grande. Había un tipo en la radio WBZ de Boston que tenía un progama llamado The Night Express y pasaba mucha música poco convencional. Pasó ‘Subterranean Homesick Blues’. Escucharla fue electrificante”. Por otro lado, también habló en un programa televisivo de qué disco salvaría si en una playa las olas se llevaran todos los álbumes y él solo pudiera salvar uno: sin titubear, King contestó: “El único disco que salvaría sería [el que tiene la canción] “Desolation Row” de Bob Dylan”.
La conexión más significativa de estos artistas llegó en 1974 con la primera novela de King, la famosa Carrie. En este texto epistolar se encuentran dos referencias a canciones de Dylan. Lejos de ser una mera referencia, tienen directa relación con la trama, por lo que se podría pensar que el cantante inspiró al novelista para su primera publicación. Las dos canciones mencionadas son “Just Like a Woman y “Tombstone Blues“. La primera aparece a través de un fragmento de su letra escrito en una libreta: “Nadie tiene que adivinar que esa chica no puede ser bendecida/ hasta que ella finalmente ve que es como el resto”, un concepto que directamente nos lleva a la construcción del personaje de Carrie: una adolescente que se siente completamente desconectada de su mundo por sus cualidades especiales. Y también a la icónica escena del baile de promoción.
Sobre la segunda canción, King decidió incluirla al final del libro y el fragmento elegido fue: “Ahora desearía poder escribirte una melodía simple/ que evitara que tu querida mujer se vuelva loca/ que pudiera calmarte y sosegar el dolor/ de tu conocimiento inútil y sin sentido”, haciendo referencia nuevamente al argumento de la novela.
Estas inclusiones, más que en clave de homenaje parecen ser decisiones conscientes para darle sentido a la trama, o al menos que sirvan como apoyo. Si bien Stephen King no ha declarado directamente que Dylan haya influenciado la creación de Carrie, sí ha admitido ser un gran fan del artista y haber recibido inspiración a nivel general por su obra.