Robin Williams era conocido, además de por su humor, por su habilidad para salirse de los guiones que tenía que interpretar y aportarle su toque particular a cada papel a través de la improvisación. Uno de los grandes ejemplos del talento y la brillantez del actor nacido en Chicago se puede apreciar en una escena de Good Will Hunting, la cinta que llevó al cómico a hacerse con el único Oscar que pudo conseguir en su carrera.
Estrenada en 1997 y escrita principalmente por Matt Damon y Ben Affleck, la película nos muestra a Williams dándole vida al Dr. Sean Maguire, un profesor de psicología que es seleccionado por el profesor del joven Will Hunting (Damon), el Dr. Gerald Lambeau (interpretado por Stellan Skarsgård), quien es el único capaz de llegar hasta el genio con problemas.
“Es algo más que un film, es algo así como una experiencia emocional para la gente”, dijo Williams sobre la película. “Lo doloroso viene porque se habla de manera muy simple. Esa es la belleza de esto. Cuanto más íntimo y personal es, más toca a las personas. Cuanto más honesto eres, más te llega”.
Si bien el largometraje le ofreció a Williams la oportunidad de mostrar su capacidad para llevar a la gran pantalla papeles dramáticos, él siempre fue conocido por su faceta humorística, la cual también se puede apreciar en la cinta. Así, Robin contribuyó con una de las escenas más divertidas de la película, la cual se produce cuando Maguire comienza a describir a su fallecida esposa.
En lugar de seguir el guion, Williams decidió salirse de lo que figuraba en el papel y comenzó a darle rienda suelta a su creatividad. “Solía tirarse flatulencias mientras dormía. Una noche lo hizo tan fuerte que despertó al perro. Ella se despertó y me dijo: ‘Ah, ¿eras vos?’. ‘Sí’, le respondí. Simplemente no tuve la valentía para decirle que había sido ella”, dijo como parte de su improvisación.