Natural Born Killers (Asesinos por naturaleza) es el film de 1994 de Oliver Stone, una de las películas más llamativas de los 90 en Hollywood.
Si bien la historia fue creada originalmente por Quentin Tarantino, el guion que llegamos a conocer, protagonizado por Woody Harrelson y Juliette Lewis, finalmente tuvo la firma de Oliver Stone. Pero, ¿cuál es el origen de esta historia que fue de mano en mano entre dos de los grandes directores de Hollywood?
La fuente de esta historia es la historia real de Charles Raymond Starkweather y Caril Ann Fugate. Estos jóvenes, al igual que los alocados Mickey y Mallory, fueron asesinos seriales a fines de los años 50. Asesinaron a 11 personas entre Nebraska y Wyoming en el lapso de 1956 y 1959. Starkweather tenía tan solo 18 cuando conoció a Fugate, quien tenía 13. Tal como vemos en la película de 1994, uno de los primeros crímenes es el que comete Starkweather contra la familia de Fugate, asesinando a su madre, su padrastro y a la hermana de 2 años de edad.
Fugados y sobre una extraña impunidad, la joven parejita cometía crímenes aleatorios. Para ser justos, Starkweather cometía los crímenes y Fugate era cómplice. Las víctimas no estaban rodeadas de “razones” particulares sino que respondían a los incontrolables impulsos del joven, que era un declarado fanático de James Dean y ostentaba el estilo de la estrella de Rebelde sin Causa.
Finalmente, como siempre sucede en la historias sobresalientes, Raymond Starkweather fue capturado y recibió la condena máxima: fue ejecutado en la silla eléctrica el 25 de junio de 1959.
Caril Ann Fugate recibió una condena de 20 años porque se la juzgó cómplice pero no responsable de los asesinatos: nunca llevó uno a cabo pero sí los presenció todos y nunca huyó.
Esta historia cautivó a Quentin Tarantino e intentó escribir el guion para rodarla, pero luego tuvo solo la firma de Stone. El director decidió llevar la trágica historia a una pareja de llamativos asesinos, muy cool, sensuales y atractivos para la prensa. Mickey y Mallory Knox se vuelven estrellas en la película de Oliver Stone, quien hace una fuerte crítica al periodismo amarillista, al tiempo que romantiza la imagen de esta pareja, que termina teniendo dejos de Syd y Nancy o Kurt y Courtney.
Algo similar pasó con la historia de Carlos Robledo Puch en nuestro país, historia que fue llevada al cine por Luis Ortega en El ángel, pero manteniendo los nombres y los hechos. También es la historia de un joven asesino que comete múltiples asesinatos sin razón aparente y que el cine romantiza creando un personaje tan extraño como atractivo.