Quentin Tarantino es de esas personas que parece no tener ningún tipo de reparo a la hora de dar a conocer su posición sobre algún tema, incluso si se trata de criticar el trabajo de uno de los directores más importantes de la historia del cine. En 2003 el cineasta estadounidense se sentó a conversar con The New Yorker y “habló sobre el formalismo de cineastas como Stanley Kubrick, revelando que había hecho un esfuerzo importante para contrarrestarlo con su propia marca de cine”. Además, el oriundo de Knoxville catalogó al trabajo de su colega como cínico y carente de ternura.
“Los primeros veinte minutos de La naranja mecánica son absolutamente perfectos”, admitió en un principio, para luego tildar a Kubrick de hipócrita por querer convertirla en una cinta que le decía “no” a la violencia y la condenaba. A su vez, acorde a un medio británico, el ganador del Oscar no dudó en reconocer que prefiere la adaptación cinematográfica de 1997 de Adrien Lyne de la novela de Vladimir Nabokov, Lolita, por sobre la de 1962 dirigida por Kubrick.
“Creo que Lolita de Adrian Lyne es una obra maestra”, confesó Tarantino. “Cuando la vi, me pregunté si Kubrick había leído el libro. Tomó un ejemplar y lo convirtió en esta loca comedia, que es bastante asombrosa. La idea de que puedes hacer una película de Lolita sin una imagen perturbadora es una locura. ¡Es una estafa! Quiero decir, le falta la parte más fascinante del trabajo, que es mirar a través de los ojos de un pedófilo y aceptarlo”, sentenció.