Para crear nuevas obras, todo artista necesita ideas y a la hora de conseguirlas casi cualquier cosa puede convertirse en fuente de inspiración, en especial si se trata de un trabajo de otro colega, sea del rubro que sea: la música, la pintura, la poesía e incluso el cine. No han sido pocos los músicos que se han sentido inspirados por lo que ven en la pantalla grande y tal ha sido el caso de Björk, la cantante islandesa quien hace unos años confesó que le ocurrió exactamente lo mencionado con un largometraje polaco.
Durante una entrevista con The Guardian en 2012, la artista abrió su mente y dio una serie de recomendaciones que las almas de ideas afines disfrutarían. Así, en el ida y vuelta con el medio británico, la nacida en Reikiavik habló sobre su amor por el grupo de hip-hop experimental Death Grips y nombró a The Hourglass Sanatorium, un film de 1973 que era incluso “surrealista” para sus estándares.
“Se llamaba The Sandglass en inglés”, explicó. “Está basado en una novela de Bruno Schulz. Siento que la palabra ‘surrealista’ se ha usado en exceso, pero esta película es realmente surrealista para mí, donde entras en el sueño y la conexión perfecta entre él y la vida emocional…”. “Rara vez vi esto documentado tan bien en una cinta. Es un estado mental. Reconozco la sensación de asombro“, confesó la música de 55 años.
Con respecto al largometraje, cabe mencionar que en su momento las autoridades polacas consideraron que era demasiado controvertido e incluso intentaron prohibir su estreno cinematográfico porque celebraba la cultura judía. Así, el régimen antisemita llegó a confiscarlo, pero afortunadamente para las personas como Björk, fue introducido de contrabando en Cannes y se abrió camino hacia la existencia, llegando incluso a ganar el codiciado Premio del Jurado del reconocido festival de cine francés.