Las películas de Quentin Tarantino se han vuelto de las más populares a través de la décadas, y existe un sinfín de actores y actrices que mueren por trabajar con él. Por su filmografía han desfilado figuras como Robert De Niro, Leonardo DiCaprio, Uma Thurman, Pam Grier, y muchos más, pero también existen intérpretes que han rechazado ser parte de sus proyectos cinematográficos. Entre ellos se encuentra Sylvester Stallone.
Tal como recogió Far Out, en una entrevista para MacLeans en 2012, el actor de Rocky reveló que le fue propuesto ser parte de dos películas del director de Pulp Fiction, pero a ambas dijo que no. Por un lado, Stallone fue pensado para el rol de Louis Gara en Jackie Brown, que luego le sería asignado a Robert De Niro. Si bien no especificó las razones por las que dio la negativa para formar parte de la tercera película de Tarantino, agregó que, años después, el director volvió a buscarlo. Fue para Grindhouse -la double feature que hizo junto a Robert Rodriguez- que el cineasta estadounidense volvió a proponerle al famoso actor de cine de acción pero, nuevamente, no pudieron concretar.
Tarantino quería que Stallone asumiera el papel de Stuntman Mike en Death Proof, rol que finalmente correspondió a Kurt Russell. Sobre esta negativa, el actor de Rambo reveló las razones: “Yo dije: ‘De ninguna manera. Tengo dos hijas, y el hobby de este tipo es meter adolescentes en su auto y estrellarlas contra la pared. No va a funcionar“. Así, el personaje lo interpeló desde un lugar personal, y fue una razón moral la que llevó a Stallone a decir que no.
Por otro lado, el actor y director también relató la ida y vuelta que tuvo con Tarantino sobre el guion de Rambo y su final. Allí quedó al descubierto las diferencias en sus visiones sobre el cine y las historias: “Yo le dije: ‘¿Por qué no lo llevamos al límite sin aniquilarlo?’ Quentin Tarantino contestó: ‘Eres un cobarde, lo deberías haber matado’, a lo que contesté ‘Quentin, eres un lunático. Quiero hacer algunas secuelas, hermano'”.