David Lynch es uno de los artistas más singulares del cine. Su camino en el séptimo arte ha estado signado por el surrealismo, el contacto directo con otras artes y el efecto de inquietar al espectador. Estos elementos, entre otros, han hecho del cine de Lynch un producto difícilmente ignorable, plagado de caminos posibles de interpretación, pero sobre todo de una invitación a perderse en ambientes, palabras y personajes que parece circular por un camino alternativo a lo que conocemos como realidad.
Las películas de Lynch pueden presentarse complejas y “difíciles de comprender”, pero lo cierto es que tienen el poder de sumergirnos y hacernos vivir la experiencia estética y sensorial del film más allá de la experiencia de la comprensión lógica, porque este mundo alternativo y por momentos ilógico de Lynch tiene la fascinante característica de no presentarse ajeno al espectador, sino que lo hace parte todo el tiempo, le presenta sus códigos y lo invita a pasar.
La filmografía de Lynch está compuesta por 10 películas y en ella conviven algunas de corte más clásico como Una historia sencilla, El hombre elefante y Corazón salvaje, con verdaderas joyas surrealistas como Eraserhead o Mulholland Drive. De todos modos, la carrera artística del estadounidense no se limita solo al cine sino que también ha explorado el mundo de la música y el arte plástico.
Su ejercicio del arte ha estado signado fuertemente por la práctica constante de la meditación trascendental, algo de lo que habla en el libro Atrapa el pez dorado, en donde relata cómo esta disciplina ha sido el camino clave para su creatividad. Esto nos puede dar una pista para captar el carácter completamente alejado de lo terrenal que presentan muchas de sus películas. A continuación, repasamos la filmografía de Lynch con sus films ordenados de peor a mejor.
10. Dune (1984)
Antes de que Denis Villeneuve desarrollara su tanque hollywoodense, Lynch ya había tomado la obra homónima de Frank Herbert para llevarla a la pantalla grande. Esta adaptación significó la primera película de Lynch a color y la tercera en su filmografía, y lo cierto es que no está entre las más recordadas de su obra, posiblemente porque llevar al cine la compleja historia de ciencia ficción se presentó como una tarea ciclópea, algo que el director quería hacer en un metraje de 8 horas de duración y luego se redujo a dos. Dentro de su filmografía es la más diferente en lo que respecta a cuestiones estéticas y narrativas.
9. Twin Peaks: Fuego camina conmigo (1992)
Entre los trabajos de David Lynch, uno de los más destacados fue la serie de televisión Twin Peaks. Este policial de corte alternativo cautivó tanto a los espectadores de los 90 como a generaciones posteriores que la enarbolaron como producción de culto. A partir de aquella serie surgió el film Twin Peaks: Fuego camina conmigo que se presenta como una precuela de los hechos que vimos en la serie, lo cual caló con gran éxito entre los seguidores de la producción televisiva pero no logró estar a la altura de producciones cinematográficas clave de la filmografía del director.
8. Inland Empire (2006)
Esta es la película más reciente de Lynch, quien lleva casi 20 años sin estrenar un film, pues se ha dedicado a la música, los cortometrajes e incluso a informar el clima por medio de videos de YouTube. La protagonista es Laura Dern, actriz fetiche del director y este film se presenta como una auténtica pesadilla lyncheana, ya que los elementos más clave de su filmografía se exhiben con maestría aunque tal vez sin una narración tan formidable como en otras películas.
El surrealismo, el ambiente onírico, el thriller psicológico y el drama interno se desarrollan en este film que invita al espectador a zambullirse completamente guiado por los sentidos y la experiencia del visionado.
7. Corazón salvaje (1990)
Esta es otra de las películas de Lynch que se basan en una novela y esta vez cuenta la historia de dos fugitivos: una pareja interpretada por Nicolas Cage y Dern que deben pelear por su amor prohibido mientras se enfrentan a la justicia, malhechores e incluso fuerzas sobrenaturales.
Se trata de una entretenida comedia que se presenta por fuera de la estética más reconocible de Lynch, pero aún así conserva escenas y momentos signados por lo fantástico y lo perturbador, dos aspectos que forman parte de su cine.
6. El hombre elefante (1980)
Esta historia clásica, basada en la vida real de John Merrick, encuentra en su adaptación al cine una de las obras más celebradas de la carrera de Lynch. Contó con ocho nominaciones a los premios Oscar y su elenco está encabezado por John Hurt, Anthony Hopkins, Anne Bancroft y John Gielgud.
El film combina elementos del cine de terror, profundo drama y plantea una cuestión existencial de la condición humana. Es una película altamente cruda en su relato y en su planteo conceptual, rodada en blanco y negro y decididamente impactante tanto en la representación física del personaje principal como en las acciones de quienes lo rodean.
5. Una historia sencilla (1999)
Esta película está basada en la historia real de Alvin Straight y su título anuncia perfectamente el contenido de la misma. Dentro de lo absurdo de que un hombre cruce desde Iowa hasta Wisconsin en una cortadora de césped, la película aborda un relato lineal y en clave de road movie.
Lejos de la estética expresionista de Lynch y de los ambientes turbulentos psicológica y visualmente, este film tiene base en algo tan primigenio como los desafíos que un hombre de la tercera edad decide enfrentar. Los paisajes estadounidenses, la ruta y las peripecias hacen de este film uno singular en la filmografía del director.
4. Carretera perdida (1997)
Esta cinta se inscribe en la tradición del cine neo noir y sin dudas integra el podio de los thrillers de Lynch. Narra la historia de un hombre que recibe un misterioso llamado que desatará una sucesión de eventos extraños. Uno de los aspectos más destacados de esta película es su banda sonora, que no solo cuenta con el habitual colaborador de Lynch, Angelo Badalamenti, sino también con grandes canciones de Trent Reznor, Rammstein, Marilyn Manson, David Bowie y más. La música del film es un elemento fundamental a la hora de lograr la atmósfera asfixiante y delirante.
3. Eraserhead (1977)
Esta es la ópera prima de Lynch y desde el comienzo de su carrera en el cine ya dejó en claro que se saldría de la norma del cine de la época. Mientras en Estados Unidos reinaba el Nuevo Hollywood, Lynch avanza con un film completamente perturbador, de una producción extensa que duró seis años y que se apoya fundamentalmente en simbolismos y en una participación activa del espectador como creador de sentidos. Lejos de dar servido todo al público, este film desafía la comprensión lógica mientras aborda temáticas universales como el nacimiento, la paternidad, el miedo y la diferencia, muchas veces difícil de identificar entre imaginación y realidad.
2. Mulholland Drive (2001)
Esta película se encuentra entre las más celebradas de la filmografía de Lynch. La identidad es uno de los puntos centrales en este film protagonizado por Naomi Watts y Lara Harring, quienes interpretan una historia de búsqueda de identidad mientras se desarrolla un thriller signado por lo erótico, nuevamente el componente onírico y la posibilidad de que dos personas sean la cara de una misma moneda. Esta película también se puede identificar como thriller, una verdadera constante dentro de la filmografía del director pero que lejos está de los cánones de cómo el mainstream hollywoodense lo suele abordar.
1. Blue Velvet (1986)
Terciopelo azul es posiblemente uno de los clásicos más importantes del cine de los ochenta en Estados Unidos. No porque haya reventado la taquilla como lo hacían los blockbusters de la época o porque haya generado una saga, sino porque representa en su esplendor el cine de talante independiente y alternativo. Además, esta será una de las primeras incursiones de Lynch en el cine negro o neo noir y sigue erigiéndose como el resultado más acabado y celebrado del director.
Crimen, thriller, sensualidad, atmósfera onírica y un fondo psicológico perturbador componen esta obra de culto que fascinó tanto al gran público, como a los adeptos del cine intelectual y a la crítica. A partir de este film empieza una nueva etapa en la carrera de Lynch, con un reconocimiento generalizado luego de una apuesta de autor novedosa y desafiante.