El ruso Andréi Tarkovski es ampliamente considerado como uno de los mejores y más influyentes directores de la historia del cine de su país y mundial.
Su nómina de solo siete películas (sin contar sus trabajos en su época de estudiante y el documental Tiempo de viaje) que incluye Andrei Rublev, La Infancia de Iván y Solaris, lo convirtieron en uno de los cineastas más elogiados de todos los tiempos, galardonado con el León de Oro, el Gran Premio del Jurado en Cannes y, a título póstumo, el Premio Lenin, el más alto galardón en la Unión Soviética.
Uno de sus héroes, Ingmar Bergman, declaró: “Tarkovski para mí es el más grande, el que inventó un nuevo lenguaje, fiel a la naturaleza del cine ya que capta la vida como un reflejo, la vida como un sueño.”
Por su parte, Andrei dijo una vez que “la tarea del director es recrear la vida, su movimiento, sus contradicciones, sus dinámicas y conflictos. Es su deber revelar cada ápice de la verdad que ha visto.”
Pero como no todo en la vida de Tarkovski pasaba por las imágenes en movimiento, sino que también disfrutaba de la fotografía, hoy te traemos algunas de las instantáneas que registró y en las que captó la naturaleza, las personas y la luz de su universo personal poblado por su perro, sus hijos, su jardín y las vistas desde su ventana.