A veces, los actores tienen que hacer cosas que jamás hubieran imaginado a la hora de interpretar un rol. Algunos suben y bajan de peso de manera drástica, otros aprenden a tocar instrumentos y otros incluso se arriesgan a las más peligrosas proezas en lugar de usar un doble de riesgo. Sin embargo, también existen situaciones en las que los intérpretes se ven obligados o condicionados a hacer cosas realmente asquerosas. Nicolas Cage, por ejemplo, comió cucarachas reales durante el rodaje de El beso del vampiro, una decisión que ya declaró que no volvería a tomar porque quedó bastante traumado. Otro actor que tiene una anécdota similar es Leonardo DiCaprio.
DiCaprio, uno de los actores más importantes del Hollywood actual, tiene una filmografía exquisita en la que se dio el gusto de trabajar con directores consagrados como Martin Scorsese, James Cameron, Sam Mendes, Quentin Tarantino y Alejandro González Iñárritu. Justamente con el mexicano colaboró en la recordada The Revenant, donde interpretó a Hugh Glass, un explorador de finales del siglo XIX que es atacado por un oso al punto de quedar cerca de la muerte. Cuando sus compañeros deciden abandonarlo para seguir con la expedición, Hugo se recompone y sale en busca de venganza.
Durante la promoción de dicho film, gracias al cual ganó el Oscar a mejor actor, DiCaprio habló de cómo fue filmarlo y reveló que durante el rodaje debió hacer una de las peores cosas de su carrera: “Comí hígado crudo. El hígado falso que me dieron no parecía real… estaba sentado allí comiendo un gran trozo de plastilina. Tuve que darle una oportunidad. Pero solo lo hice dos veces, y mi reacción está en la pantalla. Eso es instinto” reveló. Podés ver la entrevista a continuación.