Hace pocos días llegó a Latinoamérica el film Lords of Chaos, rodada y filmada durante el 2018 y dirigida por Jonas Åkerlund, también conocido por haber sido el baterista del banda de black metal sueca Bathory.
Lords of Chaos, basada en la información y los datos recopilados en el libro homónimo (1998), narra los hechos acaecidos en Noruega durante la postrimerías de los 80 en la escena under del black metal noruego.
La historia se centra en el sangriento derrotero de algunos de los integrantes de la banda Mayhem, a saber, Dead (Jack Kilmer) y, fundamentalmente, en la relación entre Varg Vikernes (Emory Cohen) y Euronymous (protagonizado por Rory Culkin, hermano menor de Macaulay Culkin), que culminó con el trágico asesinato de este último por parte de Vikernes, luego de haberle asestado más de 20 puñaladas y cuyo leit motiv, aún hoy, sigue siendo tan oscuro como misterioso.
Tras el anuncio de rodaje del film en 2018, la película no llegó con menos polémica de la que entonces había generado al interior de la comunidad metalera y, especialmente, en Varg Vikernes (entonces bajista del banda Mayhem y también fundador y multinstrumentista de la banda de black metal Burzum), quien, desde su canal de Youtube, la califica como un “puro montaje lleno de mierda”. El músico ex convicto por homicidio y devenido en youtuber tampoco se ahorró los insultos para el actor que encarna su personaje, a quien describe como “un gordo judío que dice cosas que yo nunca dije”.
Más allá de estas posiciones y declaraciones filonazis de Vikernes, de las cuales se encuentran en cantidades homéricas en su canal de Youtube, puede decirse que la película opera una buena reconstrucción de la escena blackmetalera de la época, con todas las vicisitudes oscuras que la caracterizaron como un verdadero baño de sangre: quemas de iglesias, autoflagelaciones, suicidios, traiciones y asesinatos entre miembros de la banda.
El film, centrado en la tensión del tándem Euronymous-Vikernes, también retrata aquellos hechos, acompasados, en cada una de sus secuencias, por la potencia lúgubre de los temas de Mayhem y otras bandas aledañas de metal (Venom, Sodom, Bathory, entre otras). Se trata de una película que acompaña eficazmente la reconstrucción de una historia única en los eventos del metal en general y del black metal en particular, con una intervención muy fina y precisa por parte del director respecto al universo de la escena emergente del black, tanto de detalles como la disposición de los cuerpos, gestos, lenguajes, vestimentas y disputas estéticas dentro del ambiente, como de la música que acompaña al film, y cuyos elementos ratifican la larga trayectoria de Åkerlund por el universo de las cadencias oscuras.
¿Pueden aquellas canciones que hablan de nieblas fúnebres, bosques silenciosos y grises, de invocaciones y poemas luciferinos exceder su propia textualidad simbólica y abrir una pequeña hendija en el terreno de lo real? Lords of Chaos no solo demuestra que eso efectivamente fue posible, sino que además lo hicieron de la manera más siniestra, como una hoja fría de un cuchillo abriendo, con cada puñalada, un corte letal de entropía y destrucción.