El cuaderno de Tomy está inspirada en la historia real de María Vázquez, arquitecta y dibujante argentina que falleció de cáncer de ovarios en 2015. Al tomar consciencia de su estado terminal, Vázquez decidió usar sus tiempos libres durante el tratamiento para escribir un libro dedicado a su hijo Nippur con anécdotas e historias de su vida para que la recuerde. En el proceso también se volvió popular en Twitter por su relato sobre su lucha con la enfermedad. El cuaderno de Nippur fue publicado luego de su muerte por editorial Planeta y tuvo un gran éxito.
El director Carlos Sorín fue el encargado de adaptar esta historia junto a un elenco protagonizado por Valeria Bertuccelli (que encarna a Marie), Esteban Lamothe (Fede, su marido), Julián Sorín (su hijo Tomy) y Malena Pichot, quien interpreta a Maru, la mejor amiga de Marie. La película muestra la peculiar personalidad de Marie que toma con humor y sarcasmo su enfermedad terminal, casi como si se tratara de un “stand up del cáncer” a través del cual acepta y enfrenta con ánimo su realidad.
El film también nos propone un complejo debate acerca de la eutanasia y la Ley de muerte digna, como el derecho que tienen los pacientes terminales para decidir no extender los tratamientos que los mantienen con vida cuando padecen una enfermedad en estado terminal. El personaje de Malena es quien contiene emocionalmente a Marie, una amistad también presente en la vida real de las actrices y que fue lo que la impulsó a aceptar el papel.
En sus comienzos como comediante, Pichot alcanzó la fama con sus videos de La loca de mierda, subidos a YouTube en 2008. Luego protagonizó y escribió las series Cualca! (2012-2014) y Por ahora (2013); y las miniseries Jorge (2013), Mundillo (2015) y Tarde baby (2018). En 2018 estrenó en Netflix el especial de stand up titulado Estupidez compleja, en el que discute temas como el sexo, el lenguaje y el aborto.
Durante la cuarentena realizó su debut por streaming en Leonor, un especial de comedia que protagonizó junto a Julián Lucero y se transmitió a través de la plataforma Eventbrite. Actualmente conduce el programa radial Furia Bebé junto con Srta. Bimbo, en la emisora radial Futuröck.
Sus participaciones actorales y autorales ligadas a la comedia no la encasillaron en el género y la actriz demostró su profesionalismo para protagonizar un drama. Hablamos con ella acerca de su participación en la película y la construcción de su personaje.
¿Por qué te interesó participar en un largometraje dramático?
Me enganché muy rápido con el guion. En la primera página ya estaba llorando. Obviamente que el director era Sorín y eso ya es un montón. Además yo era amiga de Vale [Bertuccelli] de antes y entonces eso influyó un montón. Si no estaba Vale no sé si me hubiese animado a hacer un drama yo sola. Tenía muchos condimentos perfectos.
¿Te ayudó en la interpretación?
Me ayudó mucho. Cuando tenés que hacer una escena con una bestia de la actuación siempre es más fácil. Una queda mejor solo porque el otro está brillando, te contagia el brillo del otro. Y cada vez que terminaba una escena, le preguntaba “¿Estuve bien? ¿Estuve bien?”. Vale me re bancó.
¿Cómo fue el trabajo de la construcción del personaje de Maru?
Como es un caso real me junté con Vanesa, que es el nombre verdadero del personaje. Fui a su casa, charlamos, me contó cómo era la relación de ella con Marie y cómo vivieron las cosas. Que además se trataba de un grupo de amigos muy particular. Lo bueno es que no se trató de imitar a una persona porque no son famosos, no hay que crear un personaje que existe y todo el mundo conoce. Estando con Vanesa tomé algunas cosas de su carácter, que por suerte era muy parecida a mí. Ella estudió Letras igual que yo y también tanto ella como Marie tenían un humor bastante cínico, entonces me identifiqué fácil.
¿Todos los actores tuvieron contacto con los protagonistas de la historia real?
Creo que solo nosotros tres. Esteban, Vale y yo hablamos con los personajes reales. Fue porque quisimos, no era una obligación. A mí me pareció interesante saber de las emociones y cómo era la amistad, porque todas las amistades son distintas. Por ejemplo, yo no soy muy de abrazar, y tengo amigas de toda la vida y no soy muy afectiva. Y ese tipo de cosas sirven para actuar después.
¿Te costó adaptarte al drama, encarnar el papel?
En realidad no, porque como yo ya era amiga de Vale fue una ventaja la conexión nuestra. Estábamos muy entusiasmadas de hacer una peli juntas. En las escenas más tristes, al tener al lado alguien que lo hace muy bien, te metés. Vale me lloraba en los contraplanos. No estaba hecho el plano y ya estaba llorando. Tuve una gran ayuda.
¿Cuándo empezaron las grabaciones?
Fue en noviembre del año pasado en el Hospital Balestrini, un hospital real, que no es lo mismo que estar en un estudio. Era en un piso que no estaba en uso. Había unas oficinas de administración, pero no estaba en uso el piso, era bastante tranquilo.
En un momento de la película Marie dice que hace un “stand up del cáncer”. ¿Qué pensás de la cuota de humor que tiene el personaje?
Eso es lo que más me enganchó del guion y en donde tuve más identificación. Los tweets de ella me resonaban muy a los míos. Y uno nunca sabe cómo le puede pegar una enfermedad, pero sentí que a mí, en una situación así, me podría haber pasado eso y podría haber hecho eso. Sus reflexiones eran reflexiones que yo comparto. Si siempre fuiste una persona de hacer chistes fuertes o subidos de tono, obviamente los vas a seguir haciendo, aunque te pase algo así. Esa es la esencia del personaje, cómo se toma todo. A mí me sorprendió mucho y ya me enganchó la voz en off en la primera página de la película, que es como un monólogo. A mí eso ya me gustó porque no es cursi. Podría ser re cursi la película por todo lo que sucede y sin embargo no lo es gracias a los textos de Marie.
¿Hacer humor a vos también te ayudó en alguna situación difícil?
Y sí, un poco empecé así yo, salvando las distancias enormes. Yo tenía el corazón roto, estaba sola y deprimida en un departamento, y empecé a hacer chistes burlándome de mi situación. Yo creo que en esas situaciones el humor te devuelve una dignidad. Te da una fortaleza el poder reírte de tus tragedias, pequeñas o grandes.
¿Cómo fue el humor durante el rodaje?
Hubo un par de tentadas. Lo que me flasheaba mucho era que la película era muy densa, porque estaba Vale pelada, con una sonda en la nariz, en una cama de un hospital, era todo muy duro. Y sin embargo, al menos los días que estuve yo, era todo bastante relajado. Además, Vale y Esteban no son personas que antes de una escena necesitan de una concentración absoluta y una cosa solemne. Había un clima lindo, distendido, más allá del tema de la película. Obviamente que Vale tiene escenas mucho más fuertes que yo y seguramente sí vivió momentos de energía más densa. Pero en los días que estuve yo fue todo relajado y el equipo muy genial.
¿El director fue estricto con el guion o permitió que aporten?
Sorín es lo más de lo más. Incluso con Vale queríamos siempre meter chistes y se lo planteábamos y nos dejaba probar. Incluso hicimos escenas completamente distintas a las que estaban. Y capaz después nos decía “bueno, no”. Pero siempre muy bien, muy amoroso. Cuando algo te sale bien es un director que viene y te dice “esto estuvo muy bien, me encantó” y eso está bueno porque te deja tranquila. Nos permitió probar cosas, que después algunas las usó y otras no. Pero nos dejaba aunque sea probarlo que eso es un montón. Fue siempre muy tranquilo, incluso en alguna escena que se repitió mucho, no era tenso el clima. Es un director con mucha experiencia.
¿Estás trabajando en algún otro proyecto actualmente?
Ahora estoy escribiendo algo. Todavía en proyecto, para presentarse, pero nada en concreto. Tratando de ver de actuar, pero también de escribir.
El cuaderno de Tomy está disponible en Netflix.