Cuando la pandemia de coronavirus paralizó al mundo, varios lugares debieron cerrar sus puertas al público, entre ellos los cines.
Desde hace meses, el público que solía asistir a las salas ha tenido que acostumbrarse a otro tipo de experiencia cinematográfica: el visionado de películas desde la comodidad de sus hogares. Si bien puede ser muy cómodo ver un film en el sillón de casa, nada se compara con la experiencia que se vive en una sala.
Por eso, y propósito de los momentos cinematográficos que han quedado grabados para siempre en la memoria colectiva, el director Edgar Wright –Scott Pilgrim Vs. The World, Baby Driver– recopiló algunos recuerdos de la audiencia y miembros de la industria cinematográfica para que formen parte de un especial de la revista Empire.
Titulada “The Greatest Cinema Moments Ever”, esta edición cuenta con las intervenciones de figuras como Steven Spielberg, Patty Jenkins, Taika Waititi, Guillermo del Toro, James Cameron, Chris Evans, Bong Joon-ho, George Miller y Greta Gerwig, quienes conversaron con Wright sobre los momentos que más los emocionaron y marcaron en una sala de cine.
Chris Evans, quien se volvió mundialmente famoso por interpretar al Capitán América en el Universo Cinematográfico de Marvel, rememoró la vez que vio Avengers: Endgame en una sala y lo que sucedió con el público cuando tuvo lugar la recordada escena en la que el “Capi” logra levantar el martillo de Thor:
“La primera vez que vi Endgame fue en el estreno. Normalmente veo las películas en las que trabajo con mucha antelación y casi nunca me quedo en las premieres (demasiada ansiedad). Pero al ser la última entrega de un viaje de diez años, quería experimentar esta última película de la misma manera que lo haría la audiencia. Cuando el Capi levanta a Mjölnir, nuestra sala se volvió absolutamente loca. Aunque sabía que se acercaba el momento, igual me emocioné”.
Además, el actor recordó lo feliz que se sintió al ver que la misma reacción se replicó en todas las salas:
“En las siguientes semanas, amigos y familiares me enviaron videos de cines de todo el mundo perdiendo la cabeza en ese momento. Ver esas reacciones y saber que tuve la suerte de ser parte de los recuerdos de esas personas, me generó un orgullo y gratitud que nunca podré llegar a expresar correctamente. En esos momentos no soy actor, ni siquiera adulto, soy un niño pequeño de nuevo completamente cautivado por el poder y la magia que pueden ejercer las películas. Maldita sea… me estoy emocionando otra vez”.