Días atrás llegó a Max el drama Joika: Una americana en el Bolshoi, que está basada en hechos reales y cuenta la impactante historia de la bailarina Joy Womack. La película está escrita y dirigida por James Napier Robertson y protagonizada por Talia Ryder y Diane Kruger.
“La bailarina de ballet estadounidense Joy Womack es aceptada en la infame y dura Academia de Ballet Bolshoi de Moscú, con el sueño de convertirse en una gran bailarina”, reza la sinopsis. Este film muestra cuán difícil puede ser el mundo de la danza y especialmente uno de los ballets más exigentes del mundo.
La historia real
El film cuenta de manera ficcionalizada la historia de Womack, la primera bailarina estadounidense en graduarse en la academia del Bolshoi y la segunda en firmar un contrato con el renombrado ballet ruso. En 2009, siendo muy pequeña, se mudó de Austin a Moscú tras haberse entrenado en Estados Unidos con profesores rusos.
Luego de unos años formando parte del cuerpo de baile, en 2013 dejó el ballet y en una entrevista hizo público que su decisión se debía a la corrupción que se vivía allí dentro, especificando que un director la extorsionó para conseguirle un solo.
Al dejar el Bolshoi, Womack pasó a formar parte de Kremlin Ballet Theatre y fue pasando por diferentes compañías. Actualmente tiene 30 años y sigue bailando, de hecho participó en este film como doble en las escenas de danza más exigidas.
Críticas
La película no logró deslumbrar a la crítica pero tampoco fue descartada completamente por los especialistas. Desde el sitio italiano Cinéfilos expresaron: “Una película que promete llevarnos de la riqueza a la pobreza, pero que nunca parece llegar ni a lo uno ni a lo otro”.
Por otro lado, desde Darren’s World of Entertainment sumaron: “El estrés, el miedo y la determinación gotean de la pantalla, y si bien la historia puede no presentar puntos de originalidad, su ejecución muestra todos los signos de meterse en la psique de aquellos que se esfuerzan hasta el límite por sus carreras y sueños”.
Finalmente, desde Flicks sumaron: “Si bien es típico que las verdaderas historias de los desamparados terminen con una melodía cálida e inspiradora, Joika cierra con una nota más vacía, y por eso invita más a la reflexión”.