La literatura y el cine están conectadas, pues son disciplinas que se influencian constantemente. De hecho, si no fuera por la primera posiblemente no existiría la segunda. Muchos actores y actrices han hablando de la presencia de la lectura en sus vidas, no solo en su ámbito profesional sino personal. Un ejemplo es Morgan Freeman.
En entrevista con New York Post, el actor contó cómo fue su ingreso al mundo de los libros. Recordando su infancia, reveló que fue a través de la novela Azabache -de título original Black Beauty– que conoció el universo de la literatura. Esta novela de 1877 escrita por Anna Sewell es una lectura predilecta de niños y adolescentes y pionera en términos de derechos de los animales.
La descripción reza:
“Vendido de un amo a otro, Belleza Negra narra su historia desde su posición como testigo directo de las crueldades padecidas por él y sus congéneres, con el fin de denunciar muchas de las lacras sociales, políticas y económicas de la Inglaterra de finales del XIX. De ahí que esta animalografía equina se convierta en alegoría de la subyugación de diversos sectores sin voz de la sociedad victoriana, en especial las clases trabajadoras, y exija una toma de conciencia a los lectores”.
El recuerdo de Freeman
“Fue el primer libro que leí. No recuerdo si fue un bibliotecario el que me lo sugirió o si simplemente me topé con él, pero la idea de leer un libro -no una historieta- era parte de eso”, recordó Freeman en la mencionada entrevista.
Remontándose a mediados del siglo XX, el actor expresó la importancia de los libros como cultivación y entretenimiento: “Cuando todo lo que teníamos como entretenimiento era la radio y las películas, leer era algo importante”.