Quentin Tarantino es un cinéfilo declarado. No solo expresa su amor por el cine y la influencia que han tenido sobre él ciertos directores a través de entrevistas y declaraciones públicas, sino también mediante sus películas. Si bien es un gran amante de la Nouvelle Vague, el Nuevo Hollywood, el cine coreano, los grandes maestros japoneses y más, no todas las grandes figuras del séptimo arte logran deslumbrarlo. Mientras Brian De Palma, Sergio Leone y Mario Bava se encuentran entre sus ídolos, Tarantino no tiene entre sus favoritos a John Ford, uno de los directores más aclamados de la historia del cine.
“Uno de mis héroes del western estadounidense no es John Ford, obviamente”, declaró Tarantino en una famosa entrevista con Henry Louis Gates. “Como mínimo, lo odio. Olvídense de los indios sin rostro que mató como zombis. Realmente son personas así las que mantuvieron viva la idea de la humanidad anglosajona en comparación con la humanidad de todos los demás. Y se puede ver en el cine de los años treinta y cuarenta; sigue ahí. E incluso en los cincuenta".

Tarantino es un gran amante del western, pero se inclina más por el spaghetti western, que no contenía los mensajes racistas y nacionalistas propios del western estadounidense. “Uno de mis héroes del western es un director llamado William Witney, quien empezó haciendo series. Hizo La legión combatiente del zorro [1939], unas veintidós películas de Roy Rogers; hizo un montón de westerns. Un gran director de acción para Republic Pictures. Y trabajó hasta bien entrada la década de los setenta”.
Cuesta creer que Tarantino tenga tanto desprecio por Ford, un director considerado uno de los padres del western y también un innovador clave en aspectos técnicos. Incluso, cuando en una entrevista a propósito de su película Bastardos sin gloria le preguntaron por la influencia de Ford en una escena concreta, el estadounidense respondió: "Puedo decir con seguridad que, si la madre de John Ford nunca hubiera conocido a su padre, habría pensado que filmar a través de una puerta como esa sería una toma genial". Sin embargo, Ford es el héroe de una gran cantidad de cineastas, entre ellos Steven Spielberg, quien le dedicó una de las mejores escenas de su película autobiográfica, Los Fabelman.