Quentin Tarantino ha ensayado a lo largo de su filmografía la repetición de ciertos aspectos cinematográficos que permiten que su cine sea fácilmente reconocible por el público. Desde el homenaje a las películas que lo formaron en su vida hasta la banda sonora de sus films, es un caso único en el séptimo arte donde las intertextualidades se vuelven fundamentales y crean nuevos sentidos. Así, el director también se ha vuelto reconocible por los aspectos que no aparecen en sus cintas, por ejemplo el sexo.
Lo cierto es que las películas de Tarantino emanan sensualidad, ya sea por personajes como el de Mia Wallace en Pulp Fiction o por las jóvenes de Death Proof, pero las escenas de sexo escasean. Sobre ello ha hablado en una reciente entrevista con el medio español Diario Ara. En torno a sus influencias y sus primeros contactos con el cine, el realizador de Perros de la calle aceptó la observación de que en sus films el sexo no tiene un lugar privilegiado: “Es cierto, el sexo no forma parte de mi visión del cine“.
Según comentó, una de las principales razones para excluir las escenas de sexo es lo complejo que resulta rodarlas: “Y la verdad es que, en la vida real, es una lata rodar escenas de sexo, todo el mundo está muy tenso. Y si ya antes era un poco problemático hacerlo, ahora todavía lo es más. Si alguna vez hubiera surgido una escena de sexo que fuera esencial para la historia, lo habría hecho, pero hasta ahora no ha sido necesario”.
Ante esto, el entrevistador observó: “Diría que la única escena de sexo que ha rodado que no sea una violación es la de Robert De Niro y Bridget Fonda en Jackie Brown, que es tan poco romántica y erótica que es muy cómica”. La respuesta de Tarantino fue: “Sí, exacto. Es como, va, venga, hagámoslo y ya”.