Si bien Robert Pattinson participó en varias películas previo a Crepúsculo (incluyendo la cuarta y quinta entrega de la saga de Harry Potter), no caben dudas de que su papel de Edward Cullen en la franquicia basada en los libros de Stephenie Meyer fue el que lo catapultó a la fama mundial.
A pesar del estrellato, el dinero y los proyectos conseguidos por darle vida al vampiro adolescente entre 2008 y 2012, el nuevo intérprete de Batman nunca ocultó su odio por la saga, sentimiento que admitió dejar atrás después del hype y que mutó en un “un bonito recuerdo de las películas.”
Ahora, en una entrevista con IndieWire (vía Tomatazos), el actor inglés habló sobre la rareza de la franquicia producida por Summit Entertainment, haciendo hincapié específicamente de la escena en la que Bella Swan (Kristen Stewart), su pareja, tiene a Renesmee, pero Edward se ve obligado a comer la placenta para sacar al bebé.
“Incluso antes de Twilight ya estaba haciendo cosas extrañas”, admitió el oriundo de Londres. “Y para ser honesto, siempre pensé que Crepúsculo era bastante raro.”
“Es realmente el tipo de marketing lo que lo hizo mainstream. Si mirás cualquier entrevista que hice, traté de destacar lo relacionado con la escena donde mastico la placenta, cualquier elemento que fuera asqueroso, lo tenía que hacer destacar y destacar. Pero vos sabés que un chico no puede competir contra todo el departamento de marketing diciendo: ‘Es una odisea romántica, es hermosa.’ Es como: ‘No, es asqueroso [risas]’, dijo Pattinson, de 33 años.