“Creo que crear historias, mundos, personajes es lo que mejor se me da desde que era pibe, no veo una herramienta más completa para eso que el cine”, nos cuenta Gonzalo Albornoz, director de Salvador, su primer largometraje en donde nos muestra la vida de una taxista (Edgardo) que toma la decisión de buscar a su hijo (Salvador) al que abandonó cuando tenía 8 años. Edgardo se encuentra con la realidad de Gala, un chico travestido que canta en un bar y a quien cree su hijo, intenta cumplir el rol de padre descubriéndose en el transcurrir de la película.
¿Por qué surge Salvador?
La película surgió en el ámbito de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido de la UBA, fue un proyecto a modo de tesis final pero luego como la película cobró dimensiones enormes la pudimos finalizar una vez terminada la cursada. Yo venía de un palo de cine totalmente distinto, fantástico, terror, bizarro, esa onda, es difícil determinar por qué motivo decidí que mi primer largometraje sea un drama pero así fue. La historia tiene su germen en algo que había escrito varios años antes y que sirvió como puntapié inicial, eran un boceto donde sólo había escrito el principio y el final y básicamente era sobre un taxista que decide buscar a su hijo que abandonó de pequeño, luego toda la historia que jamás escribí era básicamente la búsqueda de este hijo perdido y el final que sí llegué a escribir se daba cuando el hijo en cuestión se sube al taxi como pasajero de pura casualidad pero ninguno de los dos se conoce porque pasaron muchísimos años desde la última vez que se vieron, claro que el espectador sí sabe quién es quién y eso era lo impactante del final. Luego de eso no quedó mucho en Salvador pero sin dudas fue un importante punto de partida.
En toda la película predomina la presencia de la ausencia como concepto, la figura de un padre desaparecido que intenta tomar forma con palabras, emociones, movimientos, etc, ¿Por qué “jugaste” con esa idea de relato?
Cuando me di cuenta que por primera vez estaba laburando una historia en clave de drama me puse a pensar en qué conceptos son para mí aquellos que realmente me representan un mayor valor dramático, las opciones eran muchas, el desamor, la muerte, la miseria, la soledad pero escogí la ausencia porque me parece que en ese concepto se engloban todos los demás, es muy potente en sí mismo y además tiene la fuerza de todas las cosas que no están presentes pero el término mismo las alberga de manera tácita. A su vez a nivel narrativo la ausencia me representa una forma de relato muy interesante, no me gustan las películas que te dan todo masticado y digerido, siempre me sedujeron más aquellas que no todas las cartas están sobre la mesa y uno puede quedarse pensando y reflexionando sobre lo que acaba de ver incluso llegando a conclusiones totalmente opuestas en distintos visionados o comparando lo que experimentaron distintos espectadores.
¿Te sentiste identificado con alguno de los personajes o con el film en sí?
Sí, definitivamente. En todos los personajes hay algo de mí o de mi entorno. Esto se debe básicamente a que al momento de la escritura tenía mucho miedo de que se me filtren algunos caracteres o mañas del género fantástico que es donde habitualmente me muevo y que en un drama realista desentonarían mucho, por eso para la escritura del guión me detuve a observar muy detenidamente dentro de mí mismo y de lo que tengo a mano, lo más palpable y conocido por mí, ya sea la gente que me cruzo a diario en el bondi, en el laburo, comprando en el almacén como también gente de mi entorno, familiares, amigos, etc. Creo que en el personaje de Gala hay un mayor porcentaje de mí en cuanto a la relación que tiene este personaje con su vocación y con el arte pero en general la película en su totalidad tiene bastante de auto referencial pero creo que lo bueno es que está enfocado desde una óptica más barrial y en un código común a cualquiera de nosotros ya que si fuera algo muy críptico o pura y exclusivamente auto referencial no le interesaría a nadie verla, ¡ni a mí!
¿Con que parámetro elegiste a los actores?
Casi todos los actores surgieron de casting, fue un laburo realmente extenuante ya que nunca había hecho tantos casting en tan poco tiempo, no recuerdo exactamente cuántos fueron pero cerca de 20 seguro. Básicamente lo que busqué en esos casting fue conocer personas y no actores, así como el guión y esos personajes que creé tienen mucho de mí, me pareció que los actores que interpretaran esos personajes tenían que tener mucho de ellos también y así fue que para los personajes principales los casting se asemejaron más a una sesión de psicoanálisis que a un casting para una película. Por esos casting pasaron muy buenos actores que quizás no quedaron, no por un tema actoral sino porque su vida real no tenía ni la más remota conexión con la del personaje que tenían que interpretar y cuando finalmente di con actores cuyas vidas personales estaban emparentadas con la de los personajes fue mágico, supe enseguida que la metodología que utilicé fue la correcta, sienten los personajes de otra manera, hay una mayor conexión y eso se nota luego en el material obtenido. Destaco también que hubo actores que cuando en el casting los avasallé con preguntas muy íntimas se ofendieron o prefirieron no contestar y obviamente los descarté pero no porque no hayan querido entrar en el juego de conocernos como personas en lugar de como profesionales sino porque si son actores… ¡actúen! Yo en ningún momento les pedí que me digan la verdad, podrían haberme mentido tranquilamente, de hecho, quizás más de uno que seleccioné me mintió y si me lo creí… ¡excelente! ¡Gran actuación!
Con una linda estética y planos muy jugados, ¿Cómo hicieron para financiarla?
Al momento de la pre-producción éramos 7 personas y decidimos poner 10 mil pesos cada uno, en mi caso en particular, ese dinero lo venía juntando desde hacía rato porque sabía que para el trabajo final de la carrera lo iba a necesitar y así fue. A esos 70 mil pesos se le sumaron unos pesos más que obtuvimos a través de páginas de financiamiento colectivo de proyectos pero la mayor ayuda a la hora de la financiación sin duda fue la de los técnicos y actores que se sumaron al proyecto desinteresadamente por amor al arte y porque les pareció que el proyecto estaba bueno y querían que podamos concretarlo. Además la empresa de insumos Ala Norte nos donó los mejores equipos de luces y cámaras durante todo un mes para que podamos realizar la película, es por eso que la misma tiene una calidad visual como la que podemos encontrar en las películas que se estrenan comercialmente en grandes salas, sin esta ayuda esto hubiera sido imposible de lograr. Quizás Salvador la hubiéramos grabado igual pero no podríamos haberlo hecho con el despliegue visual y técnico que nos permitió el poder disponer de estos equipos. Otra gran ayuda vino de parte de mi viejo que nos prestó el taxi que maneja Edgardo en gran parte de la película a punto tal que, creo yo, ese auto podría considerarse un personaje más dentro de la historia. Actualmente el financiamiento continúa juntando moneditas para hacer copias y poder mover la película por festivales, centros culturales, pequeñas salas, etc.
¿Tenés otro proyecto en mente?
Sí, por suerte varios pero los más destacables y encaminados son dos, en primer lugar un cortometraje dramático llamado La sopa para el cual estamos buscando financiamiento dado que transcurre en 4 épocas distintas y requiere de un gran despliegue técnico. Es una historia un tanto oscura, podría emparentarse con Salvador ya que su protagonista también es un hombre cuya vida es bastante turbulenta y se encuentra agobiado con su existir. Es un guión que laburé durante más de un año y parte del equipo técnico también trabajó en Salvador, con lo cual estoy seguro que van a hacer un gran laburo y estamos ansiosos por poder rodar esta nueva historia. Por otra parte estoy rodando Payaso, mi segundo largometraje, pero en un tono y un estilo radicalmente distinto al de Salvador. Por empezar no tengo un peso, no tengo equipo técnico, no tengo elenco definido y siquiera tengo guión. Sin dudas el animarme a emprender una locura así se lo debo a Raúl Perrone a quien tuve la suerte de conocer el año pasado en su taller en Ituzaingó y es con compañeros de ese mismo taller que estoy rodando esta historia. Voy escribiendo las escenas que me van surgiendo y consiguiendo las cosas indispensables para grabarlas, llamo a algún compañero para que me dé una mano y así de a poco, rodaje tras rodaje voy consiguiendo material para luego encerrarme frente a la computadora y editar, re editar, dar vueltas, mezclar, etc. Es un proceso hermoso ya que yo mismo soy el espectador de lo que se va gestando, voy elaborando el guión a medida que voy editando el material y de golpe me encuentro con que al momento del rodaje grabé algo con una intención y luego en montaje le doy una intención totalmente distinta que está muchísimo mejor que la que tenía en mente al momento de rodar. Es un proceso súper distendido y ameno, calculo la película misma me avisará cuando esté terminada.
¿Qué significa el cine en tu vida?
Es un cable a tierra. Por más que no me lo proponga, muchas veces me encuentro escribiendo algún guión, alguna escena, o lo que sea para luego darme cuenta que estoy canalizando allí algo que me tiene inquieto en mi vida personal. Y por otro lado, es algo que realmente me gusta y me divierte, no siempre que escribo lo hago para canalizar algo que me jode o molesta, a veces simplemente lo hago por el hecho de que luego salir a rodar algo me divierte muchísimo y la paso bien. Para eso existen los distintos géneros creo yo, cuando ando medio desorientado en la vida me inclino más al drama, cuando simplemente quiero divertirme encaro para el lado fantástico que me encanta. Creo que crear historias, mundos, personajes es lo que mejor se me da desde que era pibe, no veo una herramienta más completa para eso que el cine, definitivamente el cine ocupa un gran lugar dentro de mi vida dado que es lo que más me gusta hacer y además hay una cruda realidad, ya casi pisando los 30 creo que nunca voy a concretar mi sueño de ser un rockstar, me llevo mejor con la cámara que con la guitarra así que voy a seguir por ese camino.