Por lo general, las producciones de Netflix son bien aceptadas por el público y, en muchas ocasiones, generan excelentes críticas por parte de la prensa especializada y de los suscriptores de la compañía. Pero, en otros casos, algunos títulos lo que logran es volverse famosos por las controversias que desencadenan.
El segundo fue el caso de Seaspiracy: La pesca insostenible, un documental del gigante del streaming en el que un director apasionado de los océanos decide realizar un trabajo audiovisual “en el que se demuestre el daño que el ser humano causa a las especies marinas, desvelando en el proceso una alarmante corrupción mundial”.
A cargo de Ali Tabrizi y el equipo detrás de la galardonada película de 2014 Cowspiracy, que fue respaldada por Leonardo DiCaprio, la cinta, recientemente estrenada en Netflix, ha atraído el respaldo de celebridades y elogios de los fanáticos con su imagen condenatoria del daño que la industria hace a la vida marina. Pero las ONG, las etiquetas de sostenibilidad y los expertos citados en Seaspiracy han acusado a los responsables del largometraje de hacer “afirmaciones engañosas”, utilizando entrevistas fuera de contexto y estadísticas erróneas.
El film, de 90 minutos de duración, es tendencia en la plataforma y fue elogiada por celebridades como Bryan Adams, la estrella de rock canadiense vegana, quien instó a sus seguidores a verla y dejar de comer pescado; Chris Froome, el ciclista británico ganador de siete Grand Tour, tuiteó que “mi mente se ha vuelto loca” con la película y George Monbiot, el ambientalista y columnista de The Guardian, que aparece en él, lo describió en Twitter como “una brillante exposición de la mayor amenaza para la vida marina: la pesca”.
Seaspiracy cuestiona el movimiento de productos pesqueros sostenibles y analiza la forma en que las etiquetas Dolphin Safe y Marine Stewardship Council pueden no brindar las garantías que los consumidores buscan. Debido a esto, representantes de ambas organizaciones han acusado a los cineastas de declaraciones engañosas.
Un ejecutivo de la organización internacional responsable de la etiqueta de atún Dolphin Safe, Mark Palmer, aseguró que sus comentarios fueron sacados de contexto.
En una escena del film, se le preguntó a Palmer, el director asociado estadounidense del Proyecto Internacional de Mamíferos Marinos (IMMP), que es operado por el Earth Island Institute, si su grupo podía garantizar que nunca se mataron delfines en ninguna pesquería de atún en ningún lugar del mundo.
“Respondí que no hay garantías en la vida, pero que se reduce drásticamente el número de embarcaciones que persiguen intencionalmente y pescan delfines con redes, así como otras regulaciones vigentes, que el número de delfines que se matan es muy bajo”, dijo. “La cinta sacó mi declaración de contexto para sugerir que no hay supervisión y no sabemos si se están matando delfines. Eso no es verdad”.
En respuesta a la película, el IMMP dijo que Seaspiracy “afirma falsamente” que la etiqueta Dolphin Safe es una conspiración para beneficiar a las industrias pesqueras mundiales.
Por otro lado, David Phillips, director del IMMP, afirmó que el documental había optado por “distorsionar enormemente y caracterizar erróneamente” los objetivos del sello. En un comunicado, manifestó: “El programa de atún Dolphin Safe es responsable de la mayor disminución de muertes de delfines por barcos atuneros en la historia. Los niveles de muerte de delfines se han reducido en más del 95%, evitando la matanza indiscriminada de más de 100.000 delfines cada año”.
Phillips comentó que Seaspiracy hizo un flaco favor a las organizaciones que realizan “un trabajo fundamental para proteger los océanos y la vida marina”.
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Mientras tanto, la profesora Christina Hicks, una científica social ambiental de la Universidad de Lancaster que fue entrevistada para el proyecto, tweeteó: “Es desconcertante descubrir un cameo tuyo en una película que critica una industria que amas y con la que has comprometido tu carrera”.
De igual manera, un portavoz del Marine Stewardship Council dijo que si bien Seaspiracy llamó la atención sobre “problemas conocidos” en la industria pesquera, incluyó “afirmaciones engañosas”, como que no existe la pesca sostenible y que la certificación MSC no era creíble.
“Algunos de los problemas conocidos que destaca el largometraje (captura incidental, sobrepesca y destrucción de ecosistemas marinos) son precisamente los problemas que el proceso de certificación del MSC está diseñado para abordar”, dijo un portavoz.
“Las Naciones Unidas han reconocido que el impacto positivo de nuestro programa es importante para ayudar a apoyar la biodiversidad oceánica. Las pesquerías que solicitan pasar por una evaluación del MSC trabajan arduamente para alcanzar los estándares verificables y basados en la ciencia que establecemos, asegurando que las poblaciones de peces se conserven para las generaciones futuras”, sentenció.