Stephen King es uno de los abanderados del terror. Desde la literatura, el autor ha creado los más escalofriantes relatos y su sello se ha extendido también hacia el cine, siendo que gran parte de su obra fue llevada a la pantalla grande. Si bien podemos imaginar que al creador de El resplandor nada puede asustarlo, lo cierto es que el propio escritor ha revelado cuál es la película que más lo ha aterrorizado.
La mente detrás de Carrie mencionó El proyecto Blair Witch (1999) como el film que más miedo le ha dado en su vida. Fue en el año de su estreno que el escritor estadounidense la vio mientras estaba hospitalizado luego de un accidente: “La primera vez que la vi, estaba en el hospital, drogado. Mi hijo trajo una cinta VHS y dijo, ‘Tenés que ver esto’. Cuando íbamos por la mitad, dije ‘Apagalo, es demasiado extraña'”.
Años despues, en su libro Danza macabra, King vuelve a hacer referencia al film, con una posición más acabada: “Una cosa sobre El proyecto de la bruja de Blair: la maldita película parece real. Otra cosa sobre El proyecto de la bruja de Blair: la maldita película se siente como si fuese real. Y por eso, es como la peor pesadilla que hayas tenido nunca, esa de la que te despertás ahogando un grito y llorando aliviado porque creías que estabas enterrado vivo y solo resultó ser el gato saltando sobre vos en la cama y durmiéndose sobre tu pecho”.
En pocas palabras, el maestro del terror hizo referencia a la ilusión de realidad que crea la película, una técnica compartida por todos los films pertenecientes al subgénero found footage o metraje encontrado. Si bien este subgénero se venía desarrollando desde años anteriores, como en la más paradigmática Holocausto canibal (1980), El proyecto Blair Witch se volvió un éxito total de taquilla y logró llevar el terror a un verdadero extremo sin mostrar prácticamente ninguna escena explícita de “miedo”.
Lo cierto es que, al momento de su estreno, la película dirigida por Daniel Myrick y Eduardo Sánchez causó un gran impacto y fue promocionada como un metraje real, algo que pudo sostenerse bastante dado que internet aún no tenía un alcance tan masivo como para darnos la información inmediatamente.