Las historias de niños actores de Hollywood muchas veces esconden soledad y abandono. Este es el caso de Drew Barrymore, la niña que se convirtió en estrella a partir de su rol en E.T, el film de 1982 dirigido por Steven Spielberg. La actriz tenía solo siete años cuando se unió a esta producción y al director le llamó la atención la falta de contención que tenía en su hogar.
Tal como recogió IndieWire, Spielberg ha hablado de cómo era la realidad de Barrymore en ese entonces: “Ella se quedaba levantada hasta muy tarde, iba a lugares de que los que solamente debería haber oído y vivía una vida a una muy temprana edad que, yo creo, le robó su infancia. Así que me sentí muy impotente porque no era su padre. Solo podía ser una suerte de consejero para ella”.
Si bien Spielberg no pudo hacerse cargo de ella, a pesar de que la niña se lo pidió expresamente, sí la recibía en su casa familiar los fines de semana y eligió filmar E.T de forma lineal para no quitarle la ilusión. De hecho, para que no se perdiera la magia, Spielberg le explicó a Barrymore: “Simplemente dije: ‘Está bien, E.T es muy especial, así que tiene ocho asistentes. Yo soy el director y solo tengo uno“.
Esto ha quedado grabado en la memoria de Barrymore, quien aseguró: “Spielberg fue la única persona en mi vida hasta la actualidad que fue una figura paterna“. Luego de sus problemas con las drogas, rehabilitaciones y más, la actriz hoy puede llevar una vida normal y logró el éxito en su profesión.
En diálogo con The Wall Street Journal reveló: “Al no haber tenido un padre, no tener ese tipo de relación con nadie, él fue muy bueno, amable y me nutrió. Todavía tenemos esa hermosa relación. Le agradezco porque si no me hubiera elegido, creo que mi vida hubiera sido diferente. Es loco cuando puedes realmente rastrearlo en el pasado”.