Año tras año, los premios Oscar incluyen en su categoría más importante (Oscar a Mejor Película) algún film con un contundente sentimiento nacionalista (norteamericano, claro), casi rozando lo propagandístico. Este año le tocó a The Martian, la película de ciencia ficción, dirigida por el gran Ridley Scott, basada en la novela homónima de Andy Weir. Que, a pesar de estar nominada en varias categorías, no obtuvo ningún premio; incluso el papel de Matt Damon lindaba con el del por fin ganador Leo DiCaprio, ambos protagónicos que ocupan casi toda la cinta en situación de supervivencia, mostrando varias facetas a través del tiempo.
Hay que reconocer que la historia es realmente muy buena: estando en una misión en Marte, por una tormenta imprevista, Mark Watney sufre un accidente, es dado por muerto y su grupo lo “abandona” en el planeta rojo. Claramente, el personaje interpretado por Matt Damon no está muerto, de lo contrario no habría historia para contar. A partir de semejante situación, el instinto de supervivencia se activa en su mayor nivel y Mark, haciendo uso y ostentación de la ciencia creará una vida en Marte, mientras intenta comunicarse con la NASA buscando rescate. En su larga estadía en este planeta (será un mínimo de cuatro años) sus aptitudes irán mejorando, tendrá algunos fracasos, muchas otras victorias y demasiado tiempo libre para contarnos, mediante grabaciones su experiencia y erigirse, inevitablemente como un gran héroe.
Entre medio de esta fantástica historia, de hecho muy bien narrada y con efectos visuales de alta gama (no se puede esperar menos), aparecen las reivindicaciones de los astronautas de la NASA, la ponderación de la ciencia como elemento máximo de salvación y por supuesto, varios complementos emocionales que apelan a la sensibilidad el espectador; que de hecho funcionan bastante bien: hay que decir que la sensación de vacío y desolación que provocan las impresionantes imágenes del espacio y de Marte llegan a desesperar al espectador. El operativo de rescate que se efectúa para salvar a Mark llega a ser la única preocupación de la NASA, que frena la vida de miles de personas y se convierte en noticia mundial.
The Martian es una película sobre la superveniencia, y los limites desconocidos del humano para llevarla a cabo, donde se resaltan por un lado las cosas increíbles que se logran en soledad, con la inmensidad amenazante del espacio circundante, y por otro la unión de grupo en pos de un objetivo común. Básicamente, una visión bastante idílica de la realidad. Lo cierto es que Mark, hombre, astronauta y científico norteamericano, viene a convertirse en el héroe máximo, que a cada paso sortea los obstáculos más inverosímiles (como lograr vida en Marte con su plantación de papas). Técnicamente es de una maestría innegable y se pueden encontrar algunos momentos de imágenes poéticas y reflexiones existencialistas. Pero, finalmente es otra película yankee, de exaltación heroica y nacionalismo, que ideológicamente hace un poco de ruido.