Hoy es el esperado estreno de Top Gun: Maverick, la secuela del clásico de los 80. Tom Cruise vuelve a ponerse en el papel de Pete “Maverick” Mitchel pero en una etapa diferente de su vida, ya no como aprendiz sino como maestro y viviendo el sueño que siempre quiso: ser uno de los mejores aviadores de la Armada.
La cinta viene creando mucha expectativa, no solo porque Top Gun ya se convirtió en una película de culto sino porque las secuelas pueden ser engañosas, llegando muchas veces a ser una mala decisión. Pero este no parece ser el caso del Top Gun: Maverick, ya que las primeras palabras de la crítica han aparecido solo para ovacionarla.
Entre los elogios se destaca no solo el despliegue de producción, sino la impecable interpretación de Cruise y la respetuosa historia a cargo de Joseph Kosinski, quien se enfrentó a reimaginar el universo que Tony Scott llevó a lo más alto de los blockbusters.
Desde IndieWire reconocen justamente el atinado trabajo del director: “Puede que Kosinski no llegue a alcanzar el formalismo de Tony Scott, pero lo compensa con velocidad, claridad y el imperativo moral de empujar los límites de lo posible. Kosinski siente la necesidad de recordar a múltiples audiencias de lo que es posible cuando la gente entrega su cuerpo entero a una película, en vez de simplemente prestarse para la marca. Así que ¿cuál es el problema si los top guns de America ya no poseen las ventajas tecnológicas? Es el piloto, no el avión”.
“Cuando los estudiantes del futuro analicen la evolución de la carrera de Cruise, Maverick será una pieza fascinante en el rompecabezas para incluir. Algunas franquicias usarán una película como esta para establecer una nueva generación que suceda a Cruise, pero muchas de las decisiones de Maverick parecen engranadas en torno a establecer que no hay necesidad de una nueva generación por el momento: Tom Cruise será una estrella de cine de acción hasta que exhale su último aliento”, expresan desde Consequence.