Cine
26/02/2023

La única película de terror que ganó un premio Oscar

El terror no ha sido un género muy valorado por la Academia, por eso vale la pena recordar qué film logró imponerse rompiendo la tradición.

A solo días de la entrega de los premios Oscar, vale la pena recordar algunos de los hitos de esta premiación que ya lleva 95 años llevándose a cabo. La Academia representa desde hace décadas uno de los faros del cine mundial y las películas que reciben galardones luego cobran una gran legitimidad. Así es que es inevitable notar que el cine de género no ha tenido lugar en la historia de los premios y específicamente el terror ha sido dejado de lado.

Fue en 1974 que El exorcista hizo historia al ser nominada en 10 categorías, incluyendo Mejor película, siendo así la primera cinta de terror que recibió estas nominaciones. Aunque solo se llevó dos estatuillas, la película de William Friedkin logró el respeto de la crítica más tradicional y fue considerada por muchos como la mejor de su estirpe. Sin embargo, el terror continuó siendo visto como "cine menor".

El film con Anthony Hopkins que hizo historia para el género

En 1992, El silencio de los inocentes volvió a abrir el diálogo entre la Academia y el cine de horror. La película protagonizada por Anthony Hopkins se presentó como un terror adulto y psicológico, por lo cual logró el respeto de los especialistas, además de convertirse en un film sorprendentemente taquillero. El film de Jonathan Demme competía con JFK, Bugsy, La bella y la bestia y El príncipe de las mareas pero logró derrotarlas y llevarse el Oscar a Mejor película, siendo la primera cinta de terror en lograrlo. Además, también resultó vencedora en las categorías Mejor guion adaptado, Mejor actor, Mejor actriz y Mejor director.

En 1999, Sexto sentido siguió la línea de El silencio de los inocentes y logró llamar la atención de la Academia, pero no ganó ningún galardón. De todos modos, la exclusión del cine de terror de las premiaciones y de muchos festivales sigue siendo una realidad, ya que durante décadas se ha considerado como un género menor, dirigido sobre todo al público adolescente, de bajo presupuesto y con historias simplistas. El género se ha expandido con el paso de los años y hoy presenta uno de los abanicos más ricos e interesantes del cine actual.