Un estudio publicado por la revista Journal of Economic Behavior and Organization asegura que ver películas y series en versión original con subtítulos mejora colectivamente el nivel de inglés.
Titulado “TV or not TV? The impact of subtitling on english skills” (“¿Tv o no Tv? El impacto de los subtítulos sobre las habilidades con el inglés”), el estudio tomó como referencia el TOEFL, una prueba estandarizada del nivel de inglés que sirvió para concluir que los países que subtitulan las películas, las series y los programas de televisión anglosajones obtienen 3,4 puntos más de media que aquellos que prefieren el doblaje.
Por otro lado, el informe también defiende que el efecto de los rótulos puede contribuir hasta en un 16,9% a la mejora en la puntuación en el TOEFL, sobre todo para el llamado listening, la capacidad de comprender el inglés al escucharlo.
Una encuesta realizada junto al estudio arrojó que mientras que en países como Suecia, Finlandia, Dinamarca o los Países Bajos, el 58% de la gente dice ser capaz de mantener una conversación en inglés, en otros como España, Francia Italia o Alemania solo el 32% de la población se siente cómoda con la idea.
A su vez, mientras que en Suecia, Finlandia, Dinamarca o Países Bajos, nueve de cada 10 ciudadanos prefiere ver las series con subtítulos; en Francia, España o Italia, solo el 30% lo prefiere, número que desciende hasta el 20% en el caso de Alemania.
Siempre acorde a la investigación, las razones son, por un lado, históricas: las dictaduras en España, Italia o Alemania cerraron la puerta al inglés para preservar el idioma local. Y por otro, prácticas: sólo los países con grandes poblaciones pudieron sostener la industria del doblaje, ya que para los pequeños era mucho más rentable subtitular.
El documento fue elaborado por los profesores universitarios Augusto Rupérez Micola (ya fallecido), Ainoa Aparicio Fenoll y Albert Banal-Estañol, colaboradores de centros como la Pompeu Fabra de Barcelona, la Escuela de Finanzas de Luxemburgo o la Universidad de la City de Londres, quienes analizaron datos referidos al periodo entre 2008 y 2015 de 135 países del mundo.