Wes Anderson es uno de los directores favoritos de estas épocas. Una creación perfecta para hipsters y snobistas pero que no deja de ser una verdadera genialidad. Sus historias entre naif y torcidas, más una estética inconfundible y personajes únicos, han hecho de este realizador y su cine de autor un gusto casi unánime de nuestro tiempo.
Si bien podemos reconocer fácilmente un film de Anderson con solo ver una escena o una foto, justamente por el sello distintivo que ha logrado, muchas veces no prestamos atención a los detalles que conforman este “sello”.
Uno de los elementos más característicos de sus obras son las paletas de colores. Con predominancia de los pasteles, los films de Wes combinan perfectamente los colores, logrando atmósferas que sólo vemos en el universo “andersoniano”.
La simetría y las locaciones suntuosas son otras de las características que conforman la estética única de sus films, también la recurrencia de ciertos actores como Luke Wilson, Bill Murray y Owen Wilson, entre otros, son marcas distintivas del artista.
Es que esta sutileza y perfección que nos entrega en cada uno de sus films tiene base en un cuidado milimétrico de cada elemento que compone la escena. Con algunos aprendizajes de Kubrick, indudablemente, pero con su marca personal, Anderson es un detallista abusivo.
Podemos notar cómo cada película tiene una predominancia de ciertos colores, sólo por nombrar algunas:
The Royal Tenenbaums: Rojos y marrones
Life Aquatic: Azules y amarillos
Moonrise Kingdom: Marrones y amarillos
El siguiente video muestra diferentes escenas de films de Wes con sus paletas de colores debajo. Ahora, la próxima vez que veas una película de Anderson, seguramente tendrás el ojo más afilado.