Los viajes en el tiempo son moneda corriente dentro del universo de Marvel Comics y, como se vio, por ejemplo, en Avengers: Endgame, los héroes deben ser responsables con las acciones que llevan a cabo en el pasado.
Sin embargo, en la miniserie Astonishing Spider-Man & Wolverine, este último decide cambiar un poco los hechos de la historia e inventar la cerveza millones de años antes de que la bebida realmente comenzara a existir, según reportan desde CineMasComics.
En esta aventura de seis números lanzada por La Casa de las Ideas en 2012 que fue escrita por Jason Aaron (Wolverine and the X-Men, Thor) y dibujada por Joe Kubert (Capitán América, Conan), la dupla vuelve millones de años en el tiempo luego de evitar un robo y, a lo largo de las páginas de las historietas, se revela cómo le ha ido a cada héroe en el pasado distante, donde sus diferencias de personalidad quedan muy en claro.
Mientras que Spider-Man se recluye y pasa sus días tallando estatuas de una misteriosa mujer que atormenta sus sueños, estudiando el paisaje y calculando el tiempo restante para la caída de un meteorito que cause la extinción, Wolverine se convierte en el dios guerrero de una raza de homínidos prehumanos, liderando al Small Folk (Pequeño pueblo) en batallas defensivas contra primates invasores más grandes. Él es su rey y su salvación, llamado Six-Claws (Seis garras) en honor a sus armas, pero también le enseña a su gente a destilar cerveza.
Al conocer las acciones de su compañero, Spider-Man se horroriza e insiste en que Wolverine está alterando la historia de la especie mostrándoles tecnología y enseñándoles a luchar, lo cual tendrá efectos masivos en la línea de tiempo.
Cuando la pareja escapa a la extinción en el futuro lejano, las advertencias de Peter Parker demuestran ser ciertas: un apocalipsis ha aniquilado a la humanidad, pero el Small Folk sobrevivió gracias a las enseñanzas de Wolverine, convirtiéndolos en los gobernantes supremos del páramo.
La tangente evolutiva ve a Wolverine como su mesías, y le trae una ofrenda: el “líquido sagrado” que él, en su sabiduría divina, creó para ellos al principio de los tiempos. Logan lo toma y lo identifica como una “maldita buena IPA”.
Al final de la historia, la mayor parte de las hazañas de los Vengadores durante sus viajes en el tiempo no tienen implicancia en el presente, pero algunas permanecen: las esculturas de Spider-Man se exhiben como maravillas de la era mesozoica, mientras que un cansado Wolverine ordena una bebida en un bar de New York y recibe una Small Folk Ale.