Nicolás “Zabo” Zamorano convirtió su historia en blog, luego en un libro y ahora en una película. Yo, Adolescente es el retrato de un momento turbulento de su vida.
Zabo nació en 1989 y es de Parque Chacabuco, o como al le gusta decirle: Parque Chacabuco City Rockers. “Hace casi quince años empecé a contar historias por internet y eso me llevó a trabajar en un diario local, luego en una radio nacional y después en un programa de televisión para toda Latinoamérica. Los proyectos y trabajos en los que estuve involucrado siempre nacieron con la misma pregunta: ‘¿Cuándo nos juntamos a conquistar el mundo?’. Creo que Yo, adolescente fue mi primer intento”, explica el autor.
La adaptación cinematográfica de Yo, adolescente estrena el jueves 23 de julio a las 22h en la pantalla de CineAR, con una repetición el sábado 25 a la misma hora. Luego de eso, estará disponible en la plataforma CineAR Estrenos.
Dirigida por Lucas Santa Ana (Carlos Jáuregui: El puto inolvidable), la película cuenta la historia de un adolescente en primera persona: “Tras el suicidio de su mejor amigo y la tragedia del incendio de un local bailable llamado Cromañón, entre recitales, fiestas ilegales en un galpón abandonado y la escuela secundaria, pasa un año en la vida atormentada de Zabo que va descargando todo lo que siente en su blog, ‘Yo, Adolescente'”, adelanta la sinopsis oficial.
Yo, adolescente nace en el 2005 como un Fotolog de escritos con dibujos de infantes, siendo leído diariamente por miles de chicos y chicas de todo el mundo que creían en la premisa “alguien en alguna parte tiene que estar pasando por lo mismo”. Al año siguiente, los escritos tomaron forma de blogonovela acompañada por fotografías. La repercusión provocó el interés de editoriales como Planeta, pero recién 15 años después de su lanzamiento y con la idea de acompañar el estreno de la película, la edición física pudo llegar a las librerías (en el sitio de Planeta pueden leerse los dos primeros capítulos gratis).
Hay un elemento presente en todos los formatos de esta historia que es fundamental: la música. Es por eso que el diseño de la banda sonora para el film fue tan importante a la hora de pensar la película. Además de algunas canciones interpretadas por los mismos actores, también se convocó a exponentes de la escena actual (Zero Kill, Lichi) para tocar clásicos de los primeros 2000 de Árbol, Adicta, entre otros.
La apertura del film con “La vida” de Árbol, ya nos sume en el mood de la época, a partir del cual aceptamos el pacto de lectura y entramos dispuestos a bucear en las entrañas de Zabo, pero también en las nuestras: a recordar las idioteces y las oscuridades de la adolescencia, ese momento que sobrevivimos.
La película es tanto un recorrido nostálgico para quienes fuimos adolescentes en los 2000 como también un mensaje contundente para los pibes de hoy. En esta historia, la palabra escrita se vuelve prácticamente el único método sincero de expresión para los adolescentes, aunque no siempre les sea efectivo, o incluso llegue tarde.
La sensación de no ser comprendido y la soledad que implica el sentirse marginado son los parámetros que guían el hacer errático de Zabo. A cada momento conocemos sus descubrimiento, vivimos su desconcierto al enterarse en quién se va convirtiendo.
El film plantea una mirada reflexiva sobre las problemáticas adolescentes a través un testimonio en primera persona que lo hace poderoso y efectivo. La historia recorre la casa, la escuela, la calle, las fiestas y los cuadernos de este joven que solo parece comprenderse cuando se escribe a sí mismo.