Con un variado y prometedor cartel, dentro del cual destacaba la propuesta del uruguayo Juan Wauters –que nunca antes se había presentado en tierras argentinas-, el Yolanda Festival parecía ofrecer una de sus más llamativas ediciones.
El evento había anunciado en redes sociales que contaría con dos escenarios, uno en el lado A y otro en el lado B de Niceto Club, respectivamente; así como también estaba programado que todo comenzaría a la medianoche y que tal apertura estaría a cargo de las canciones de Ignacio del Pórtico en el segundo escenario, y que, por otra parte, Juan Wauters cerraría la fecha tocando desde las 2:30 am en el lado A.
Lo cierto es que hubo varios retrasos en aquel cronograma, pero a pesar de ello transcurrió satisfactoriamente la presentación de Ignacio del Pórtico, joven representante de la escena dream pop porteña que interpretó las cautivadoras y delicadas melodías que hacen parte de su álbum debut Regalos del Sosiego, lanzado hace algunos meses. De igual manera, Prietto con posterioridad se tomó el escenario principal y por poco más de media hora hizo gala de sus virtuosas composiciones, que se pasean entre el blues y el folk, y que el público recibió con efusividad.
Poco después, los que no pudieron brindar su show de la manera prevista fueron los chicos de La Ola Que Quería Ser Chau, quienes tuvieron sus desavenencias con algunas situaciones relativas a la organización y no concretaron su setlist como era esperado. Hecho que seguramente causó cierta desilusión y malestar entre algunos de sus seguidores. Posteriormente, y ya cerca de las 2:40 am, empezaron a tocar Las Ligas Menores en el lado A, agitando a los presentes que armaron un pogo amistoso al tiempo que coreaban sus canciones animosamente. La banda liderada por una voz femenina fue una de las más destacadas en aquella velada y demostró que tiene un público fiel que se identifica con sus sencillas y emotivas letras y la renovadora energía de sus acordes.
A continuación, llegó el turno de Fantasmagoria en el lado B. La banda proveniente de zona Oeste cargaría el ambiente de su rock folk psicodélico y desde el fondo del público, sus siluetas rodeadas de humo podían ser percibidas como una evocación de los New York Dolls. La banda aprovechó la ocasión para dar a conocer canciones de su más reciente disco, El Mago Mandrax, publicado en 2015.
Después de la presentación de los Fantasmagoria, y tras un intermedio musical de canciones altamente bailables, el público estaba más que impaciente por ver a Juan Wauters, sin dudas el más esperado por la mayoría de los presentes. Ya habíamos pasado las 4am cuando finalmente sube a la tarima del lado A el músico uruguayo, quién recibió a su público con una amplia sonrisa y luego de saludar, pidió permiso para recitar un romántico poema de Horacio Ferrer que mereció aplausos y vitoreo de parte de los asistentes.
Juan empezó el setlist de aquella madrugada tocando solo, en compañía de su guitarra criolla, canciones como “Escucho mucho” y “Water”, temas pertenecientes a su álbum N.A.P. (North American Poetry), y a los pocos minutos de haber empezado, se sacó la remera y durante el resto de la presentación la mantuvo sobre su hombro.
Más adelante, interpretó la versión en español de su aclamado simple “She Might Get Shot”, y a partir de esa canción fue acompañado instrumentalmente por su amigo Tall Juan, argentino residente en Nueva York, con quién viajó a Sudamérica para que hiciera parte de su primera visita como artista a esta parte del continente. Durante uno de los posteriores temas interpretados, también se uniría a ellos un percusionista que le daría un poco más de ritmo a la velada. El uruguayo también tocó las esperadas “Así No Más”, “Misbehave”, “This Is I” y “I’m All Wrong”, entre otros temas de Who, Me?.
Algunas voces pedían a gritos desde el público que Wauters tocará “Todo Terminó”, canción de Viejas Locas que Juan versionó e incluyó en su más reciente disco y que accedió a interpretar aquella noche; cumpliendo así la promesa de tocar algunos covers de bandas argentinas, tal y como nos había adelantado en la entrevista que nos concedió semanas antes de venir.
La presentación tuvo su cierre al sonido de “Sanity Or Not”, mientras que ya eran casi las 5 de la mañana y la posibilidad de que el recital siguiera quedó totalmente descartada, dejando a más de uno con ganas de escuchar más.
De cualquier forma, la complicidad generada entre el sentido del humor de Juan y los presentes, generó un ambiente que rememoraba las presentaciones anteriores de su amigo Mac DeMarco en Buenos Aires. El carisma de Juan lo convierte en un personaje que además de talentoso, se muestra accesible; generando en el espectador la sensación de que quién está sobre el escenario es un amigo más del barrio, un juglar urbano irreverente y honesto.