Viernes 2 de junio
Teníamos ante nosotros otra etapa más de esta carrera de fondo que es el Primavera Sound. Basta con chequear los kilómetros recorridos en tu dispositivo móvil para hacerte una idea del esfuerzo titánico que supone un día en el Fòrum. Más aún si te desplazas allí desde primera hora, cosa que hemos hecho en los tres días de festival este año.
Como hemos comentado en anteriores posts, este año hemos visitado en varias ocasiones el Heineken Hidden Stage del Primavera Sound. Para acceder al escenario con aforo limitado (700 personas) hace falta conseguir una pulsera que se entrega hasta fin de existencias. Como las propuestas de este año eran de nuestras favoritas no dudamos en estar allí desde primera hora para hacernos con el preciado brazalete. El viernes actuaron en ese escenario Lawrence Arabia y The Radio Dept.
Pero antes de meternos en la oscuridad de ese escenario, disfrutamos de la actuación de Sinkane en el escenario Firestone. Tal como era de esperar no defraudaron. Sabiendo que habían pasado por la factoría DFA, de nuestro adorado James Murphy, no podíamos perdernos la actuación de Ahmed Gallab y los suyos. Un sonido refrescante para combatir el calor aplastante que hacía a esas horas. Teclados y sintetizadores, combinados con guitarra, bajo y batería, nos acercaron ritmos electro-funk de su último trabajo, Life & Livin’ It (2017, City Slang).
Ya en el Heineken Hidden Stage, Lawrence Arabia hacía un anti-homenaje al nombre del escenario con un irónico comentario sobre la famosa cerveza. Bromas aparte, detrás de este cinéfilo nombre se esconde el neozelandés James Milne, cuya trayectoria acumula ya 10 años. Hablador y alegre amenizó la tarde con sus melodías. Acompañado por varios músicos, entre ellos un teclista español, resultó agradable.
Ya habíamos hablado del Primavera Bits, el rinconcito más electrónico del festival que, entre otros espacios, acogía el Desperados Club. El viernes nos acercamos a palpar un poco el ambiente al ritmo de Autarkic. Una parada en el Ray-Ban nos permitió escuchar un poco de Vaadat Charigim, banda israelí de shoegaze e indie rock que nos dio muy buena impresión y a la que no perderemos de vista.
Poco después volvimos al Heineken Hidden Stage, esta vez para rendirnos a los sonidos de The Radio Dept. Los suecos sacaron el año pasado su cuarto largo, Running Out Of Love (2016, Labrador / Casa del Puente). Además de interpretar alguno de los temas nuevos, como “Swedish Guns“, nos pusieron la piel de gallina con sus ya clásicos “The Worst Taste In Music“, de Pet Grief (2006, Labrador) o “Heaven’s On Fire“, de Clinging to a Scheme (2010, Labrador / Casa del Puente). Momentos perfectos los que hace vivir esta maravilla de banda.
La sorpresa del Unexpected Primavera del día recayó en los escoceses Mogwai, que interpretaron su nuevo trabajo Every Country’s Sun (2017, Rock Action) en el Bacardí Live. Mientras, en el Auditori Rockdelux tenía lugar la curiosa actuación de The Magnetic Fields. Stephin Merritt, actuó sentado en el centro del escenario, rodeado por sus músicos y un decorado colorista. Su último LP, 50 Song Memoir (Nonesuch Records, 2017), es un compendio de 50 canciones a modo de memorias. Una por cada año de su vida. Para la ocasión desplegó toda una fábula en la que cada canción era un capítulo, y así las introducía. Original, con humor inteligente y mucha clase.
No podíamos pasar por alto la actuación de los ya míticos Descendents en el escenario Primavera. Los californianos, encabezados por Milo, se entregaron a un público muy motivado y repasaron temas de sus trabajos más celebrados. Si no fuera por el físico, se podría decir que el tiempo no ha pasado por ellos. Como si estuviéramos en medio de un local de Washington D.C. en plena década de los noventa, sonaron “I’m The One” o “When I Get Old“, de Everything Sucks (1996, Epitaph). Gran sudada se marcaron los protagonistas y en grande se lo pasó el público.
De banda de los 90 a banda de los 90 – 2000. Arab Strap se sumaron al cartel del Primavera Sound a última hora tras la caída de Grandaddy, que recientemente sufrió la pérdida de su bajista Kevin García. El escenario Ray-Ban albergó el show de los escoceses. Reunificados el año pasado para celebrar 20 años de carrera, su cita era por ello muy esperada. Los padres del denominado “sadcore” se marcaron un concierto de ritmo ascendente que culminó con sus dos temazos: “The Shy Retirer” y “The First Big Weekend“.
Nuestra primera incursión de esta edición en los escenarios grandes, en concreto en el Heineken, fue para rendirnos ante la elegancia de The xx (foto principal). El tercer largo del trío londinense, I See You (2017, XL), los ha terminado de situar entre lo más alto del panorama alternativo. El suyo fue un ascenso fulgurante gracias a su álbum debut homónimo que vio la luz en 2009. Si Coexist (2012, Young Turks) confirmó la calidad del trío, I See You ha significado la consolidación. Una pena que en el Primavera Sound cada vez sea más difícil disfrutar un concierto de este calibre en escenarios tan grandes. El ruido de la gente es a veces muy contaminante. Romy, Oliver y Jamie se deshicieron en elogios hacia el público y ofrecieron un buen concierto, como era de esperar.
La de Sleaford Mods es una de esas propuestas que no dejan indiferente a nadie. Ya lo petaron en 2015 en el escenario Adidas Originals. Este año, el Ray-Ban esperaba a rebosar al dúo de Nottingham. Jason Williamson se desgañitó como siempre, cantando atropelladamente como si no hubiera mañana. Empapado en sudor y dándolo todo. Mientras, Andrew Fearn se limitaba a pinchar sus bases y bailar con su peculiar estilo. Portaba este último una simpática camiseta de Christiania con Super Mario colocado. Irreverentes y divertidos, convencieron a pesar de un problema de sonido que experimentaron, y sobre el que se disculparon en repetidas ocasiones. Disfrutamos las imprescindibles “Jolly F_cker” y “TCR“.
Cambiando radicalmente de registro nos encaminamos al escenario Primavera para que los belgas Front 242 nos envolvieran en EBM y techno. Un show lumínico y potente.
El viernes cerramos con una exquisita sorpresa: Priests. Capitaneados por la vocalista Katie Alice Greer, esta banda de Washington D.C. rezumaron frescura a raudales con su directo. Enfundada en una bata y con peluca salió ella al escenario. Katie es una chica con personalidad y vozarrón. Ella se convirtió en el centro de todas las miradas. Presidió el Pitchfork y nos hizo olvidarnos del cansancio que acumulábamos. Su primer LP, Nothing Feels Natural (2017, Dischord), salió a la luz el pasado mes de enero. Nuestro tema favorito del setlist fue “Pink White House“. Estaremos pendientes de ellos.
Terminaba el viernes, pero aún quedaba un sábado repleto de buenas vibraciones.
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Foto principal: The xx, por Eric Pamies