Te proponemos un puñado de cómics para que no te pierdas de vista algunas gemas que corren riesgo de ser eclipsadas por el aletargamiento y el automatismo pandémico. Publicaciones en tono intimista, humor, ciencia ficción, giros místicos y mucho más en estas cinco obras que enaltecen al lenguaje de las viñetas.
¿Qué querés ser cuando seas grande?
Autor: Marcelo Pulido
Dibujantes: Dante Ginevra – Lauri Fernández – Jok – Marcos Vergara – Sergio Ibáñez – Ian Debiase – José Massaroli – Fabián Mezquita – Ezequiel Rosingana.
Editorial: Historieteca Editoral
Con nueve historias que transcurren en el terror de la dictadura militar, Marcelo Pulido abre un gran interrogante que se dibuja en la portada de Dante Ginevra y que, posteriormente, se despliega en el libro a través de la perspectiva de cada artista, que nos llevan a rememorar la historia y reflexionar sobre ella.
La singularidad de la obra se da a partir de su propuesta de reflexión minimalista, que estéticamente está marcada en los separadores temáticos, hechos por Ian Debiase, y que en el libro está dada por la ausencia de palabras en cada historia, dejando abierto un interrogante para el lector, como una invitación a leer entre líneas a cada personaje, a cada situación, a cada historia.
Roque y Gervasio, pioneros en el espacio: venganza vegetal
Autores: Federico Reggiani – Ángel Mosquito
Editorial: Libros del cosmonauta
Una tira de ciencia ficción con humor local y giros costumbristas, que narra la aventura por la conquista planetaria, en el viaje al espacio de Roque, su suegra Olga, y Gervasio. El cómic, de estructura narrativa lineal, es parte de una serie semanal publicada en su momento en Historietas reales y hace gala de un intenso y clásico formato a blanco y negro.
Escrito por Federico Reggiani y dibujado por Ángel Mosquito, quienes han trabajado juntos en Vitamina y Potencia (2012), Tristeza (2014), Los visitantes del agujero del comedor (2016) y 30 millones (2020).
El hombre de los pájaros
Autores: Walter Lamas – Darío Oliva
Editorial: Loco Rabia Editora
El pulso narrativo con el que Walter Lamas construye la historia hace de esta obra un título imperdible para cualquier lector. A partir de “grandes” tópicos como la felicidad y el sufrimiento, el amor y la locura, la culpa y la redención, se tejen las historias de los personajes que se entrecruzan al final con un tinte de misticismo.
Son siete capítulos dibujados con la pluma de Darío Oliva, quien con trazos llenos de detalles y múltiples texturas logra darle mucha expresividad a cada escena. La novela gráfica se entregó de forma semanal en el ezine de Loco Rabia Editora y ahora se puede leer en formato impreso.
El año que conocí a Naritzutis
Autora: Camila Torre Notari
Editorial: Maten al mensajero
En las claves del diario íntimo o el gesto autorreferencial, a lo largo de 36 páginas vivimos junto a Chelo y Camila sus días de cuarentena que transcurren en un pivoteo entre el trabajo y el ocio. Entretanto observan a los gatos que se pasean por su casa y resuelven algunas luchas con el vecino o las concernientes a sobrellevar el encierro en modalidad pareja.
La puesta en página clásica de sus viñetas está acompañada por variaciones de azul y trazos que componen un registro de dibujo poblado de bellos detalles. El diario de la autora, publicado inicialmente en Instagram y luego recopilado por la editorial Maten al Mensajero, nos cuenta con un toque de humor y de forma fragmentada cómo fue su cotidianidad durante 228 días.
Lo que ya pasó
Autores: Brian Janchez – Pablo D’Alío
Editorial: Deriva Ediciones
El contraste entre la tapa a color (escenificación invernal) y el interior en tonos grises invoca distintos tiempos narrativos: entramos en Lo que ya pasó. Los finos trazos de Pablo D’Alio al dibujar lo que parecen ser ciclos cerrados o inestables que atraviesan a las ciudades, a los paisajes y a los personajes, generan una composición magnífica en las cuatro historias cortas que narra de manera espectacular Brian Jánchez.
“El cráneo del cocodrilo”, “El murciélago”, “La ametralladora” y “Villa Piren” son las historias de estas 36 páginas para leer entre líneas, gracias a la excelente construcción narrativa, con un diálogo justo y lleno de suspenso por parte de Jánchez y del lápiz, el despliegue y la composición de viñetas de D’Alio.