Bolivian Surfers nació como una banda. Hoy es un estado de ánimo, una fiesta completa, un baile lleno de colores. Sus integrantes, Nico Bani (voz, teclados y guitarra), Jota Saez (bajo) y Ariel Mazzon (guitarra), decidieron, por insistencia del bajista, crear una banda partiendo de una premisa que se mantiene hasta hoy: hacer lo que pinte, sin ataduras y con la condición de que sea algo distinto a lo que venían haciendo por separado.
Con solo un año de shows en vivo, la banda se hizo de un público fiel y comprometido que los acompaña en cada uno de sus pasos. “Nos gusta hacer shows piolas, no ser solo tres tipos tocando, para que la gente realmente la pase bien y venga a vernos,” explica Ariel. Así los chicos supieron encontrar una dinámica de show funcional a su estilo libre y descontracturado. Sus presentaciones destacadas de este año fueron en Liverpool Bar (Palermo), Pompeya (Castelar) y su reciente participación en el Ciclo Melón (La Tangente). “Somos conscientes de que todo ya fue hecho y hay mucha oferta musical, pero la idea radica en hacer algo nuevo para nosotros y que el público lo disfrute tanto como la banda,” agrega Jota.
Bolivian Surfers tampoco se encasilla en un solo género. Según Nico, les gusta experimentar: “Queríamos hacer algo divertido, que la gente se mueva y sienta las canciones.” Aunque reconocen que hay cierta dicotomía ya que, si bien las melodías suelen ser movidas, la letra no siempre va en la misma sintonía. “Mucha influencia de The Smiths,” bromea el vocalista. Pero ven en su música un reflejo de la vida cotidiana: estamos bien y al mismo tiempo estamos mal.
La banda cuenta con dos videos: “Carnaval” y “Fuego”. El primero revela la esencia de la banda: tres amigos pasándola increíble en un mundo de colores, donde siempre es verano. “Fuego” salió hace dos meses y va por otro lado, con una producción mucho más artística y con un mensaje claro: liberación. Jota sabe que lo que hacen es con lo que tienen y pueden, pero siempre al 100%: “Nuestro primer video salió con recursos acotados y sin saber mucho para donde arrancar.” Ariel, por su parte, destaca la dedicación de los que los rodean: “El compromiso de los demás, cuando no son parte activa permanente de la banda, es tremendo. Los ves laburar re compenetrados y es un placer.”
La definición perfecta, para una banda que no se define, podría ser una lluvia de colores y glitter para quien desee entregarse a esta fiesta. Sin ataduras y sin compromiso más que pasarla bien, Bolivian Surfers invita a bailar, desde el oeste y hasta donde la música los lleve.