Chino Mansutti es un cantautor nacido en la ciudad de Santa Fe con tres discos en su haber: Lleva (2011), Lo que queda de la casa (2014) y Frenesí (2016). En los últimos años, comenzó a publicar videos a modo de capítulos de su cuarto álbum titulado Ese mundo sin tiempo. Originalmente, el concepto del disco tenía que ver con la paternidad, un cambio de paradigmas que, con la llegada de su hija Roma, significó la obligación de ser más resolutivo con los recursos disponibles: el músico ya no tenía tiempo ni fuerzas para encerrarse 24-7 durante dos meses en un estudio.
Pero la pandemia llegó para dilatar el disco y resignificarlo. “El tiempo pasó a ser algo abstracto”, confiesa Chino. Los meses de distancia entre cada historia audiovisual también sirvieron como un vientito en la conciencia del músico, que empezó a verlas como relatos distintos. Junto al productor Leo Costa, comenzaron a trabajar en “sacar en vez de poner”, algo que en el disco anterior había sido un desafío por el espesor instrumental de las canciones.
Ese mundo sin tiempo es el primer álbum nacido desde la estabilidad para Chino, ya no desde recuerdos tortuosos o melancólicos, sino desde un presente orgánico. “La música comercial nos creó un preconcepto de las canciones de amor”, dice el músico. Pero en su interior, algo se estaba quebrando. Influenciado por discos como Double Fantasy de John Lennon, Amor amarillo de Gustavo Cerati, Peluson of Milk de Luis Alberto Spinetta y La lengua popular de Andrés Calamaro, Chino se animó a aceptar la felicidad como motor.
La búsqueda de Mansutti por romper con el statu quo y lo esperable comenzó a gestarse en su adolescencia, uno de los hilos invisibles del disco. Aflora, con su halo experimental y dance en “Bailá; y yuxtapone el joven outsider que prefería pasar las noches viendo MTV en “Desangelada“. Allí (y en otros lugares, claro) hay que buscar las bases del artista: su persistencia. “Soy santafesino y, aunque parezca mentira, sigo siendo músico”, dice Chino. Ya en su adultez, el músico le canta a una comunidad que sigue la misma dirección, jugando con una lírica surrealista y ampliando las dimensiones originales de una cortina para el programa de radio Peces en el aire.
Cada una con su impronta, el mosaico musical de Mansutti construye un discurso enfocado en el amor (de pareja, padre-hijx, amistad, y al arte). El eje temporal encargado de articularlo es, casi siempre, el presente. Ya sea como lugar desde el cual patear el tablero para evolucionar en “Otra vez mañana“, como una declaración de principios en “Voy ahora“, como oda a la felicidad cotidiana de compartir la mañana de un sábado con su hija en “Toboganes“, o como los mojones de una historia de amor que cruza las fronteras en “Llegando“. En este punto, interviene nuevamente la transformación. “Algo habremos hecho bien”, canta Chino, trastocando y reenfocando una frase nefasta, emblema de la última dictadura cívico-militar, para llenarla de luz. “Creo en la transformación de las energías, en la creación del museo de la memoria donde hubo oscuridad”, reafirma Chino.
Ese mundo sin tiempo tiene una frecuencia particular, hay algo de iniciático que reverbera en la recurrencia de una palabra: “vez”. “A veces“, una canción de otra época con un halo Beatle resignificado por los sintes, muestra que el disco admite varias lecturas: una de ellas como collage de tiempos, espacios y sonoridades. “Una y otra vez” es la canción encargada de cerrar el álbum. En realidad, es tanto lo que cierra como lo que abre. Algo de la filosofía del músico está ahí: la última estación de un disco viene a prologar el próximo movimiento (ignorado e intuido al mismo tiempo). Además, la canción es un bonus track, otro guiño noventoso, en el que las guitarras de Migo Scalone dialogan con el vocoder. Dos cosas quedan flotando: una, el espíritu Radiohead perfumado por Sueño Stereo. La otra, una frase que Chino deja escapar por ahí, guiñando el ojo: “tarda en llegar y al final hay recompensa”.
Chino Mansutti se presenta el domingo 21 de marzo a las 20.30 h en Paradiso Puerto (Francisco Miguens 180, Santa Fe), entradas disponibles a través de Eventbrite.
Escuchá Ese mundo sin tiempo en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music).