Nadie sabe todavía quién es Ciel Musique. El artista anteriormente conocido como Heaven Music publicó su primer álbum al tiempo que cambió de nombre, decidido a alejarse del ruido mediático que tanto daño le causó. El disco no suena a revancha, pero lo es: una revancha celestial, llena de profunda sensiblería electropop.
Es fácil reconocer a Heaven Music, quien se ha paseado por los rincones más trash de la televisión argentina exhibiendo la ingenuidad de un corazón puro, el cual fue herido y desechado, sus anhelos artísticos pisoteados sin más. De todas maneras, Ciel asegura que “gana más el amor que el odio”. “Estamos en el presente y un profesional no puede ser burlado de nuevo”, afirma en conversación con Indie Hoy. A Heaven Music lo mataron los medios, pero de esas cenizas surgió Ciel Musique, un alma musical delicada, un creador instintivo con dos armas poderosas: guitarra y voz. “Toco guitarra y hago acordes, notas musicales que me vienen de otro lado, de un lugar sublime”, explica con tono místico.
Muchos años pasó Ciel en la calles porteñas cantando para oídos ausentes. “No es bueno exponerse en las calles porque confunden la fama con alguien de bien y te miran diferente”. Originario de la Patagonia más austral (“No comento de donde vengo, pero me gustaría tocar en Ushuaia”, confesó), es un veterano de los vientos en contra; un trovador auténtico, cultor de un futurismo anticuado. Antihéroe natural, mentalmente avanzado (no retrasado, como algunos insisten en señalar), Ciel no pretende: es. Lo que ves -kitch, mutante, alunizado- encandila por lo brishante (con “sh” de “¡silencio!”).
Así lo percibe su productor Francisco Javier, quien un día lo vio tocando en la calle y le propuso grabar un disco. “Lo que me atrae de Ciel es su sensibilidad, transmite algo que no es de este plano. Además tiene como una antenita, medio telépata“, comenta la cabeza de Futurex Records. Javier es un arqueólogo de sintetizadores y un sentimental de lo oculto, constantemente en busca de la reproducción final, postapocalíptica: “Si en el futuro no hay internet ni Spotify, van a haber cintas de cassette de este álbum y, por más que no haya luz, alguien se las va a ingeniar para reproducirlo”. Editado en CD y cassette, el álbum de Ciel Musique es también una joya de colección, de esas que en Japón se vuelven reliquias para los fanáticos de las rarezas musicales.
Heaven Music llegó a la tele cual fenómeno circense, elegido para ser abortado en vivo ante las cámaras, hecho que fortuitamente dio nacimiento a una nueva identidad. Este artista pasó primero por los medios y ahora inicia un nuevo camino que posiblemente lo lleve al mismo lugar, aunque no con la estridencia mainstream a la que está acostumbrado. Ciel se mordió la cola antes de empezar. Fue crucificado, muerto y sepultado. Y a los pocos meses resucitó entre los muertos que lo quisieron vilipendiar, con un disco que tituló Nace un artista. El título es lo único que está en castellano, ya que las letras son en inglés, lo que agrega un toque naif a la producción. Con respecto al cambio de nombre y el título del álbum, Ciel comenta: “Lo hice porque tenía que ser original en el disco que grabamos, entonces doblé mi nombre al francés. Me gusta la literatura de Francia y cantar en francés, pero no es popular. El título del álbum se debe a que estoy en un país latino, para que la gente entienda. Por eso no se escribió en inglés, así todos saben que nace un artista”.
Gran parte de la fuerza en la música de Ciel yace en su textura, barroca y etérea a la vez. Barroca por los matices sonoros que incorpora el productor, etérea porque tiene el peso de un fantasma de la ópera, quien exorciza su cuerpo para volverse voz. “Soy contratenor natural y practico los agudos”, afirma Ciel sentado en una nube digital. “La voz de Ciel es algo que no se puede clasificar, es única”, agrega el productor. Con referentes como Nightwish, Dimash Qudaibergen (cantante que salió de America’s Got Talent) y Prince, Ciel apunta alto: “Se puede hacer música con dos notas; si tocás el corazón del otro lado, tocás a millones de personas con una humilde canción”.
Ciel -valga la redundancia- llena el espacio de luz. Es un cielo aún diurno, esperando la llegada de la noche. Su productor esparce estrellas que empalidecen al lado de Ciel, quien las constela en canciones de belleza sutil e impulso bailable. “Las canciones vienen de un sueño. Lo que tus ojos no pueden ver, lo que tú no puedes tocar, está en tu corazón”, concluye. Amén.
Escuchá Nace un artista de Ciel Musique en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music).
https://www.youtube.com/watch?v=Tzl2ZAh14fU