En el rock siempre se reconoció la belleza del virtuosismo, algo que creó una brecha con la “simpleza” de la música pop. A partir de la década de los 70, en el rock progresivo se consideraba a una banda mala o buena según la complejidad de sus arreglos e incluso por la duración de sus canciones.
Sin embargo, esta idea cuestionable ha ido perdiendo vigencia. Hay artistas que conservan la vanguardia y la experimentación en sus trabajos, pero también se legitimaron otras formas de hacer música que escapan del virtuosismo y permiten apreciar la belleza de lo simple.
El artista Abel Ibáñez G., originario de la ciudad de México, dio sus primeros pasos en la música desde la experimentación. Tiempo después, un viaje a Australia para visitar a su hermano hizo reconsiderar su estancia en el país natal, por lo que probó suerte quedándose unos meses sin saber muy bien qué pasaría. Para 2016, fundó el proyecto Goodnight Japan junto a la bajista Gemma Conroy y el baterista Joel van Gastel, reconocido por haber tocado en Gang of Youth y Jenny Broke the Window.
Años más tarde, Abel puso freno al trío para enfocarse en su proyecto como solista y cantado en español. El resultado es De vuelta en casa, un EP que evoca al confort del hogar y los espacios donde hemos crecido de una forma honesta y elemental. Abel es capaz de contagiar y crear atmósferas, texturas, imágenes y conjugar tiempos y formas desde un rock que parece ser sencillo, aunque dicha sencillez sea resultado de trabajo y creatividad.
El EP abre con el primer single, “Quédate conmigo”, una canción que evoca al deseo de estar con esa persona que crea luz en nuestras vidas, la añoranza de la compañía y un amor luminoso que llena el estómago de emociones. En la suave “Tengo ganas”, se retratan las ganas de sentirse vivo después de un periodo oscuro de desamor. Una vez superado el duelo, se vuelve a respirar y llenar los pulmones de nuevos bríos, dejando atrás lo ocurrido y recibiendo los cambios a manos abiertas.
“Vueltas”, una de las mejores canciones del EP por sus ritmos pegadizos, parece inspirada en una primera cita en la que se comienza a conocer a la otra persona, aparecen las vueltas de los días pensando en el ser deseado, y se inicia el conteo hacia atrás para volver a verse. El final del disco llega con “Me voy de aquí”, con Abel cantando “Me voy de aquí, para ya no regresar / Quiero decir sin tener que lastimar / La pasé bien, creo que no estuvo tan mal / Pero ahora yo me tengo que marchar. Cerrando el EP de una forma delicada, abiertamente de sus emociones y con una dedicatoria abierta a todos aquellos que ponen el final a un ciclo.
Junto al productor Fletcher Matthews, Abel encontró un sonido fresco dentro de la escena independiente en México. También marca un precedente para todos los artistas que eligen cantar en su idioma nativo.
Escuchá De vuelta en casa en todas las plataformas de streaming.