Cuando escuchamos nuevos proyectos musicales, generalmente nos hacemos una pregunta que nos lleva al prejuicio: ¿A qué suena? Buscamos en nuestra memoria sonora algo que nos remita a lo escuchado, con la intención de que lo nuevo tenga remitentes musicales familiares. La música de Azain nos traslada por rutas que quizás hemos transitado, pero solo en sueños.
Si pudiéramos musicalizar los sueños y los lapsos de subconsciencia lúcida, Azain sería la mejor opción para hacerlo. La banda mexicana conformada por Gibran Ongay (voz, guitarra y sintetizadores), Guillermo Torres (bajo), Alejandro Ponce (batería) y Alfredo de Anda (guitarra), nos conduce a realidades paralelas con sonidos que abrevan del dream pop, el freak folk, el post punk y elementos del pop, creando pistas por las que naves futuristas recorren la ciudad de noche.
Con un total de tres discos publicados y más de cinco singles, Azain se ha posicionado como una de las bandas más innovadoras a la hora de construir su público y presentar obras que conjugan las nuevas tecnologías y la música. Su último álbum, Sincronizaciones paralelas, se construye en la idea de existencia onírica que va en dos polos, la realidad y los sueños, lo que se percibe y lo que no, aunque esté allí. La banda experimentó con el arte de tapa de sus singles “Nydia”, “Slow Motion” y “Dreamboy”, creando portadas interactivas que se podían descargar desde una app o su sitio web. Mezclando la tecnología y el arte, Azain buscar darle un valor agregado a su música, a la vez que invitan a que sus fans se vuelvan parte de la obra terminada.
Mientras que la mayoría de las bandas encuentra una base en su propuesta en el pasado y la nostalgia, Azain retoma la idea del futuro, de imaginarlo, colorearlo y musicalizarlo con texturas y tonos tridimensionales. La banda nos permite preguntarnos qué vendrá en el futuro y dejar de mirar por algunos minutos el pasado.